Hace unos meses E. me mostró una serie de ilustraciones de Paul Avril. Esta es mi preferida y también creo que la de Él. Una plácida mamada, con el Vesubio al fondo, en estado de erupción.
Las pieles bajo la esclava, porque las felaciones plácidas requieren su tiempo y el suelo está duro. Y, como es obvio, el asiento adecuado para el Dueño de la esclava, convenientemente erguido. La pelvis no está hundida y tampoco los testículos. La boca, la lengua, los labios tienen el acceso adecuado. Qué felicidad.
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