sábado, 21 de mayo de 2011

Contra la abstención

He mandado al ostracismo a un blog que seguía habitualmente. El tipo proclamaba ufano su abstencionismo político y aunque lo dijera de coña, joder, esas cosas me revientan y como soy bastante visceral en según qué temas, pues al carajo el blog.

No me gusta la gente apolítica. Desconfío de los indiferentes, de los que proclaman con orgullo que nunca votan ni votarán. Gente así miraba para otro lado cuando las SS se llevaban a sus vecinos judíos. Gente así se beneficia de lo que critica. Los quejicas, los llorones, despreciables llorones que nunca levantan un dedo. Gente cobarde y muy mediocre que no abre el pico cuando toca cobrar.

viernes, 20 de mayo de 2011

Revolution

Unas elecciones municipales cambiaron nuestra Historia, el 14 de abril del 31. Otro contexto y otra España. Quizás las elecciones del día 22 no tengan una repercusión tan radical. O quién sabe, las revoluciones pueden tomar la forma de una marea lenta e implacable.

El domingo veremos qué pasa. Hay que empezar por ir a votar el 22 y utilizar el voto como un arma de repulsa. Nunca la abstención. Y ocurra lo que ocurra, que ésto no pare.

jueves, 19 de mayo de 2011

Excusas para no escribir

El trabajo. Me tocó un trabajito extra. Pensé iba a ser un coñazo y al final es hasta entretenido.

El libro del amigo Ken Follet, en su línea ... ¿cómo decía yo? Antisoporífera total. Con sus amores y ahora, en la parte que estoy leyendo, la tensión post atentado de Sarajevo. Mejor en que el Palmer y Colton (una blasfemia, lo se, pero estoy ya a la vuelta de muchas lecturas).

La casa. Armarios que se renuevan, qué bonito, qué linda la ropa de verano, mis vestidos de tirantes, las camisetas de colorines de los niños. Lavar para quitar el olor a guardado. Tender. Planchar (¿Comenté alguna vez que me ENCANTA planchar?)

Juego de tronos. Enganchada. Absolutamente enganchada a la serie, con revisión de libros incluida y repaso a lo que se cuece en el foro de asshai. Ya vamos por el capítulo 5º y el 6º promete sangre.

Pereza mental. Tenía ganas de escribir algo maravilloso, irónico, original, tierno, divertido,  inteligente... pero ninguna gana de transformar en letras tanta maravilla. Blej. Qué mala manera de caer bajo (literariamente bajo).

Pero E. me dio la respuesta válida. "No escribes en el blog porque estas viviendo". Joder, es cierto. Aunque suene cursi, en realidad no escribía porque estaba ocupada viviendo. Y amando. Dios bendito, suena MUY cursi, pero es gratificante.

(Ag, cuánto me gusta la intro de Juego de tronos!!!!)

miércoles, 11 de mayo de 2011

Foros

El primer foro en el que participé fue uno de cine. Tenía yo un nick muy nerd y gafapastoso. El propio foro era supergafapastosísimo. Hablábamos de cine a machamartillo, había gente que escribía posts brutalmente culturetas y también gente divertida que despellejaba las pelis sagradas. Pasé muy buenos ratos en aquel foro, hacíamos concursos de adivinar frases de películas y chorradillas de esas, se proponían quedadas, lo típico. Eran buena gente y compartíamos un amor cinefilo brutal.

Cuando descubrí que existían foros dedicados cien por cien al BDSM traicioné a mis compinches cinéfilos y me pasé al nuevo bando. Gafapasta forever, cuando escribía en foros BDSM lo hacía sobre todo para hablar de cine. Ahora sería incapaz de releerme, probablemente me daría cabezazos por cursi. 

He entrado en alguno de esos foros, hace un rato, me entró un poquito de nostalgia. Nostalgia de mi época virtualmente sociable. He conocido a muy buena gente en esos sitios y me he reído un montón. Ahora me da enorme pereza volver a entrar. No tengo ganas de ponerme a sentar cátedras y no tengo ganas de socializar. Me he vuelto una terrible ciberhuraña. O quizás ya no necesite sentir que formo parte de algo. De una comunidad de cinéfilos. O de una comunidad de bedesemeros.

Estuve tentada de inscribirme en este foro tan chulo , por las mismas razones, entrar en la piña, pero bah, qué pereza.

martes, 10 de mayo de 2011

Leyendo

Además del novelón de Ken Follet -en su línea antisoporífera- estoy leyendo el libro de la izquierda. Nunca había leído un libro sobre gastronomía. No sé dónde encontré una recomendación acerca de Harold McGee. Ha sido un acierto.

Casi  nunca me gusta cocinar. Hace muchos años si me gustaba  -o la gente pensaba que me gustaba-. Cuando vivía en mi piso de estudiantes, yo era la que guisaba mejor. Las demás no salían de la tortilla a la francesa y yo preparaba unos guisoteos de lujo. Iba a la plaza los sábados, ese precioso Mercado de Cádiz, y me empeñaba en preparar a mis compañeras comidas sanas y tradicionales. Yo era famosa, entre la gente que frecuentaba el piso, por mis habas con jamón, las cocinaba con muchísimo cuidado, echándole caldo del puchero y jamón de bueno. Era la receta que aprendí de mi madre.

La mayoría de las cosas que cocino son lo que aprendí de mi madre y de mi abuela. Hago la misma carne guisada que hacen ellas, con su majado de pan frito. Hago las mismas lentejas que mi madre, con poquísima pringue. Y la salsa boloñesa que un día aprendimos, a la vez, mi madre y yo, con su apio, su puerro y sus zanahorias. Tengo varios libros de recetas, el que tiene todo el mundo de Simone Ortega, uno de cocina gaditana que siempre consulto para el atún encebollao y las papas con choco. También tengo una libreta gorda donde he ido recopilando recetas que encuentro en revistas. La mayoría nunca las hice. Y algunas que hice fueron un rotundo desastre.

Hay muchas cosas que no se hacer, o que nunca cocinaré. Me veo incapaz. Soy nefasta en las presentaciones. Yo te zampo la comida en el plato, pero no me pidas que la presente con mariconadas ni perejiles. No se, no me sale, no tengo tiempo. De vez en cuando me gusta hacer algo nuevo, pero sencillito. Y que se haga rápido. Comer si que me gusta. Eso sí.

El libro de Harold McGee no es de recetas, eso no me interesa. Es un libro sobre alimentos, sobre lo que ocurre cuando se cocinan, lo que les pasa a las proteínas, a los hidratos y a las grasas. Sobre técnicas y lo que ocurre cuando se asa, cuando se fríe, cuando se hierve. Es un libro fabuloso.

sábado, 7 de mayo de 2011

Mamá mona contra la pediculosis

Es un tema asquerosito, lo se, pero es lo que hay, no vamos a estar todo el día que jijijaja. Hay temas asquerositos y obviarlos sería irreal. Piojos. Piojos en las cabecitas de los niños y en la mía propia.

Yo vivía feliz en un limbo de  ignorancia y cabezas impolutas y ahora lo se casi todo acerca de liendres y ninfas. Que nombre tan lindo para un bicho asqueroso. Las ninfas son piojitos pequeñines con sus patitas pequeñinas. Son incombustibles, inmortales, invencibles. Llevo días enteros agarrada a la liendrera -palabra repugnante- pensando que este es el último huevecillo que queda.

Creo que ya estan muertos, los huevines, pero no me fio del todo. Creo que ya arrastro cadáveres con las púas diminutas del peine devastador. Es desesperante.

Soy una mona que pasa horas hurgando y despiojando a sus monitos.

Tengo un arsenal. Vinagre, gorros, huesos de chirimoya, colonia, liendreras, mis propios dedos. Venceré.