viernes, 20 de enero de 2012

Rebajas

Fui al centro comercial para el ritual de rebajas. Yo soy de las que van tarde, nada de los primeros días. Ayer había gente pero era llevadero. Había ropa amontonada, pero llevadero. Me compré estos vaqueros que son una monada.

Me gusta ir sola de compras. Si voy con mi hermana tiendo a ir tras ella como un perrito. Olvido mi criterio y me vuelvo pavísima. Si voy con mi madre no compro nada porque mi madre, que es costurera, siempre ve faltas a todo y pone cara de asco en las tiendas. Sólo me gusta ir acompañada si es con mi prima favorita, que tiene un ojo brutal para las cosas monas. Pero prefiero ir sola, es una de mis rarezas y mis hurañeces.

Huraña soy un rato huraña. Hoy en el trabajo hice el esfuerzo de charlar con A. y a mitad de la charla ya estaba deseando buscar una excusa para pirarme y seguir con mis papeles. Hago un esfuerzo, joder, y creo que no se me nota. Yo soy supersimpática cuando quiero. Pero a menudo mantener/llevar el peso de una conversación me cuesta horrores.

En fin, que fui sola y tan campante y salí con ese subidón de endorfinas que da el consumismo puro y duro.

(Oh, MedioHombre forever!!!!!!)

jueves, 19 de enero de 2012

Enero

Cada mes tiene una imagen. Enero, para mi, es un árbol desnudo. Podría tener su gracia, pero generalmente es una imagen que no me entusiasma. Enero es frío, aunque digan que aquí en el Sur no hace verdadero frío. Pero yo soy muy friolera. Siempre tengo las manos frías. Y también los pies. Enero es ponerse mucha ropa encima. Enero es pleno invierno y cuánto queda para primavera. Enero es tristón y gris. Le quitas el trocito navideño a Enero y no queda nada, es un mes soso (en cambio, Febrero es otro cantar). En Enero parece como si todo estuviera por hacer, es un mes que tiene telarañas, pero frías. Hace viento y una busca las recachitas de sol como un lagarto. 

Y cuánto, cuánto queda aún para Abril.

viernes, 13 de enero de 2012

La eternidad (y un día)

La Eternidad puede ser  dormir sin sueños.

Puede ser un sueño en el que no sabes que estás dormido. Un sueño eterno.

La Eternidad puede ser un viaje infinito de planeta en planeta. Tatooine. Naboo. Alderaan. Endor (en Endor me quedaría una buena temporada).

La Eternidad puede ser un vacío. Pero como no hay nada, no te das cuenta.

La Eternidad puede ser una fiesta eterna, una feria, un parque de atracciones que nunca acaba. Vacaciones eternas. La Eternidad puede ser una playa dorada o una ladera donde rodar entre flores.

A veces grito en medio de la noche y el grito me despierta. Me ocurre siempre en el primer sueño y es una especie de miedo a dormir y desconectar. Una especie de miedo a lo Eterno. Me ocurre desde niña.

La Eternidad puede ser el reencuentro con los abuelos. Y conocer a los bisa y tatara y a más gente aún. Y celebrar grandes reuniones donde hablar eternamente y contarnos cosas.

La Eternidad  puede ser un tiempo eterno para leer, para ver películas, para escuchar toda la música, para conocer todo lo bello y bueno y eterno.

También, seguramente, serán besos. Besos que nunca acabarán. Caricias y abrazos.



jueves, 12 de enero de 2012

1988-2012


Supongo que, en el fondo, de la chica del 88 algo quedará.

martes, 10 de enero de 2012

Pankenvidia

Había olvidado a Peter Pank. No lo he leído. Conozco otros tipos igual de bizarros, pero a Peter Pank nunca lo leí. Y mira que en mi época semipunk me hablaban de él.

Ahora quiero leerlo.

Ahora te tengo envidia (sana).

Ahora siento nostalgia.

Ahora quiero bailar.

Ahora, mi grupo punk favorito.


lunes, 9 de enero de 2012

Blade Runner en Madrid

Para mucha gente de mi generación, Blade Runner es un hito. Para mi, la primera película donde comprendí que la ciencia ficción podía tener poesía y que, a veces, podía ser bella de una manera siniestra. Esos títulos iniciales, Los Ángeles en constante lluvia, el anuncio de la japonesa ... Te enamorabas de Harrison Ford al instante y te entraban ganas de acunarlo, de tanto que sufría el pobre. Y Roy ... al final también te enamorabas de él, jo, no había otro como él. Quien no haya usado alguna vez para molar el  Yo he visto cosas que vosotros no creeríais que levante la mano.

Me gustaba tanto Blade Runner que me leí la novela de Philip K. Dick para llevarme el chasco de mi vida. Por una vez, la peli superaba al original. Ni discurso de Roy, ni japonesa, ni nada. No he visto, ni pienso ver el Director´s cut ni el montaje final, esos montajes que se sacan para conmemorar aniversarios y sacarse unas perrillas. No quiero que me cambien el final que vi por primera vez. Qué pasa. Me gustan los finales felices.

Ahora estoy leyendo Lágrimas en la lluvia y me dan las tantas porque es absorbente y engancha muchísimo, tiene una protagonista fantástica, más chula que un ocho y es muy divertido ver Madrid convertida en ciudad del futuro -chunga y deprimente- acostumbrados como estamos a Los Ángeles o Nueva York. Me va a durar poco, la novela, pero por una vez no me importa porque tengo un buen puñado de libros en espera. Por lo menos nueve libros, todos igual de apetitosos. Es una felicidad.

jueves, 5 de enero de 2012

Diccionario (grimoso) D/s: Dom y sumi

Una cosa es tomarse la D/s con humor y otra ser un hortera.

Mi sumi hizo ésto y lo otro, escriben algunos Doms. Es como si dijeran, cuánto te quiero, cari. Es que no es serio. Con lo bien que queda decir mi sumisa, ahí, con todas sus letras. La gente que utiliza diminutivos está como estreñida, es gente avarienta. Yo adoro el lenguaje. Ni siquiera me como letras cuando escribo un sms. Yo, cuando escribo un sms o casi cualquier cosa lo hago con todo el amor. Amor a las palabras. Respeto a quien me lee. ¿Sumi? ¿Dom? Valiente ordinariez.

Hagánme caso, de verdad, escribir sumi no es simpático, ni queda tierno. Es poco elegante. Es choni. Es hortera. Y la D/s NUNCA debe ser hortera.

miércoles, 4 de enero de 2012

Diccionario (grimoso) D/s: camino

Metiendo la palabra camino en un contexto D/s nos sale una bonita frase como: he emprendido el camino de la sumisión. Suena como quien hace una travesía por el desierto. A veces la frase se adorna con rosas y espinas: un camino de rosas y espinas. Pura poesía D/s.

Las sumisas que emprenden ese arduo camino lo hacen como quien expía una culpa por algo. Lo proclaman como con resignación y coraje, yo creo que se creen heroínas de novela rosa. El duro camino de mi sumisión. Hipocrituelas. Si en el fondo os mola. Algunas dicen que soportan los azotes de sus Amos con estoicismo, que no les gusta el dolor, que sólo lo hacen para complacer al Amo. Es un ejemplo del arduo camino. Porque reconocer que el dolor les gusta no es cool. Una masoquista no es nada cool. Sin embargo, una sumisa mística que emprende caminos alfombrados de rosas y espinas, uy, eso pone mucho.

A mi las sufridoras esas me dan grima, porque son sufridoras de pacotilla y fanáticas del dar pena. Y se toman el BDSM muy en serio. Todo se lo toman muy en serio, hasta a ellas mismas. Y lo guay del BDSM es utilizarlo para pasarlo bien. Yo, si tuviera que ponerle imagen, en vez de un camino, pondría un parque de atracciones. Me voy a montar en mi parque de atracciones D/s y lo voy a flipar.

martes, 3 de enero de 2012

Diccionario (grimoso) D/s: esencia

Hay expresiones cursis desde la primera a la última letra.

Soy sumisa por naturaleza, escriben algunas. O también, mi esencia es sumisa. Y se quedan tan anchas. Si yo fuera la Santa Inquisidora del BDSM las mandaba a la hoguera por herejes.

Si yo fuera Dominante no me sentiría nada motivada con una mujer a la que se le llenara la boca diciéndome que es sumisa por naturaleza. Es que está  chupao!!! Le dices cuatro cosas y ya la tienes a tus pies. A una sumisa por naturaleza casi la puede dominar cualquiera y eso, no es serio.

Una de las cosas más molonas de la D/s es la doma. La lucha de poderes. La cesión de poder si uno gana y la otra pierde. Cuánto más compleja y encarnizada, más molona. Que haya garras, mordiscos y cruce de palabras asesinas. Dialéctica. Fuerza. Y qué fuerza tiene una pava que se declara sumisa por esencia. Sumisa desde que le salieron los dientes. Ay, me dan mucha grima porque pervierten el juego de la Dominación y uno de los momentos más placenteros de la misma: ese cuando te declaras, por el momento, vencida. Sólo por uno, ese Hombre que ha conseguido estar a mi altura y un poco más. Por el momento.

 Las sumisas por naturaleza se suelen creen unas divas del BDSM, porque parecen muy mujeres, muy femeninas y muy dulces pero en realidad son unas tristes. Se meten en una relación D/s como una forma de expiación, pero de eso ya hablaremos en el capítulo siguiente.