jueves, 31 de marzo de 2011

Esa irremediable atracción por el lado oscuro

Lo dice  Rihanna, en el próximo número de abril de la revista Rolling Stone. Que se siente atraída por el lado oscuro. Qué mona.

El lado oscuro. Patético de verdad. Yo es que por mucho que miro, no veo lado oscuro por ninguna parte. Yo es que pienso en el término "lado oscuro" y veo a Darth Vader en la Estrella de la Muerte, caminando al son de la música del ejército imperial.

Pero si pienso en azotes y ataduras y esas cosas que nos gustan a los bedesemeros, no veo oscuridad por ningún lado, ni oscurantismo ni moñas por el estilo. Al contrario, pienso en sano cachondeo. Es el relativismo de la edad, probablemente: porque qué pereza me da pensar en el BDSM como una comedura de coco de ética y moral. Yo, cuando entro en una página de esas donde las sumisas se ponen tontas preguntándose si son VERDADERAS sumisas y cuánto sufren por ésto y lo de más allá... me entra tanta, tanta pereza.

Así que, nenas que os sentís irremediablemente atraídas por el lado oscuro, éste es mi consejo: si os gustan los azotes, al lío. Sin complejos, sin gazmoñerías, sin giliflautadas. Que es divertido. Que te lo pasas pipa. Que es la caña. Pero dejaros de "lados oscuros" y pijadas deprimentes. Vais a vivir más y mejor.

Otra cosa es que seais dependientes emocionales y ese Amote malo que no os hace caso, os haga sufrir. Pero entonces, de BDSM no estamos hablando. En ese caso, está la opción de la peli de autoayuda, que mola un montón. O leerse un libro de Paulo Coelho, muy de moda entre sumisas-IN.

martes, 29 de marzo de 2011

A brick in the wall

The wall fue para mi esa película catártica que toda adolescente tiene en su biografía. Verla fue una epifanía. No sólo la película, con las canciones y toda la historia que cuenta, sino también aquel momento, aquel lugar y aquella compañía.

Fui a ver The wall a un viejo cine de butacas rojas desgastadas. Un cine con palcos y acomodador. Un ambiente con todas las papeletas para encandilar a una adolescente medio pava.  Programaron The wall en un ciclo de esos de cine para estudiantes y gafapastas; en esa época yo era plenamente estudiante y aspiraba a gafapasta de primera, pero aún me quedaba mucho camino. Yo estaba estudiando COU y estaba enganchándome a Pako, el jipi, ese que tenía todos los puntos para enamorarme.

Por supuesto que fui con Pako y supongo que con algún moscón más, pero yo sólo recuerdo a Pako que se sentó a mi lado, tan coleguita mío, tan superguay. Si yo no hubiera ido con Pako quizás The wall no hubiera sido tan epifánica. Pero las circunstancias fueron así y yo salí bastante tocada del cine. Salí mesiánica, aguerrida y libertaria. Por odiar, podía odiar a todo bicho opresor; por salvar, podía salvar a todo bicho oprimido.

Poco después me compré el vinilo y atormenté a mi familia con las canciones, que me aprendí de memoria y que, si no las escuchaba, las berreaba allá donde fuese. Lo malo es que me lo creía todo mientras cantaba y pensaba que un día yo sería líder de algún movimiento revolucionario que cambiaría el mundo y Pako estaría a mi lado, absolutamente enamorado de mi y absolutamente revolucionario también.

El vinilo lo tengo aqui mismo, en esta habitación donde escribo, pero hace muchísimo tiempo que no lo escucho. De Pako ya no se nada. De aquella catársis, queda un bello y romántico cadáver.

lunes, 28 de marzo de 2011

Limpiando pecados (cinéfilos)

No fui a ver la película de los gnomos porque ya sólo quedaban asientos para la fila 2 y tan bajo, tan bajo aún no he caído. Hice un cambio fabuloso: los gnomos a cambio de helados y salió bien. Que les den a los gnomos.

Respecto a la pelí de autoayuda , he conseguido compensarla con Machete. Por fin la he visto, que si no lo hice antes fue por pura pereza. Me ha encantado, es brutísima, bizarra y truculenta. De esas pelis que no gustan a los gafapastas ni a la gente de sentido del humor bajo cero.

Nosotros no cruzamos la frontera. La frontera se cruzó con nosotros!!!!

sábado, 26 de marzo de 2011

Trailers

Miro trailers de películas que se estrenarán un día de éstos. Igual que leo libros a trompicones, empezando por la página 53. Miro trailers de películas que jamás veré: muchas me producen pereza; otras, desasosiego. Hace unos días, entre una lista de películas de todo tipo para elegir, opté por la más imbécil y a la vez, inocua. No iba a escribir sobre ello, porque me da hasta verguenza, yo, tan culta y tan trasgresora, quedándome tonta con Comer, rezar, amar. Una tontería de película, de verdad, pero yo la vi.¿Por qué? Aún tengo que escribir un post sobre ello.

Vi el trailer de Nunca me abandones, por supuesto nunca la veré. Demasiado triste. También el trailer de Piraña3D que tampoco veré nunca por motivos obvios aunque tiene su punto de cachondeo. El de Caperucita Roja que es una versión chachipiruli del cuento, y que la crítica ha pisoteado. Y esa parida última de Zack Snyder que suena a rollo patatero (tampoco vi 300 porque me da la impresión de ser mentalmente agotadora).

Me encanta mirar trailers. Algunos te dan la película ya hecha y es todo lo que necesito. Eso muestra que ya no soy tan cinéfila como pensaba, lo cierto es que veo muy pocas peliculas de un tiempo a esta parte. Antes era una devoradora compulsiva, ahora, una tarde tonta que tengo para ver una peli, y me zampo Comer, rezar, amar. He caído muy bajo.

Gnomos muy grimosos, argggg
Lo cierto es que siempre me prometo ponerme al día. Es como la que promete ponerse a plan. Yo prometo que mañana mismo me pongo al día en películas y que me veré todo lo im-pres-cin-di-ble. Pero, lamentablemente, a este paso ya no podré presumir de cinefilia, eso que tan mona me hace. Tengo que ver más películas, tengo que verlo todo, tengo que ser menos perezosa... y resulta que dentro de un rato voy al cine a ver Gnomeo y Julieta, esas de los gnomos de jardín -¿quién tiene gnomos de jardín? Yo no conozco a nadie- Los gnomos de jardín me producen mucha grima, como las haditas, los pierrots y los gatitos monos. Voy porque no queda otra aunque en el fondo se que disfrutaré pérfidamente porque un cine es un cine.

viernes, 25 de marzo de 2011

Parecía primavera


El 20 prometía pirmavera. El 21 amaneció seminublado. El 22 sopló un levante terrible. El 23, en esa playa, azotaba la arena. La semana anterior yo fantaseaba con camisetas chulas y gafas de sol. Acabé con el chaquetón que me pongo en lo más crudo del crudo invierno y el gorro de lana que creía infamantemente desterrado en un cajón, hasta el invierno que viene.

Pero no estuvo mal, fue divertido, a ratos estresante, pero esas cosas me estimulan. Estas noches caigo rendida y doy cabezadas frente al libro. Me encanta ir diciendo estoy ocupada, estoy superocupada.

Parecía primavera y hoy hace un tontorrón día de lluvia. Lluvia finita y sosa, esta mañana me fui cabreada al trabajo porque -soy mema, lo se- yo quería un día de sol, tenía el antojo de un día de sol y mira cómo amaneció. Luego, solucionando cosas en el trabajo, hablando mucho, olvidé que llovía y se me dispararon las endorfinas.

Luego, más tarde, estuve con E. y hablamos como hablan todos los enamorados. Nos decimos te amo varias veces al día. Decir te amo varias veces al día a la persona que amas -con toda el alma, que es un universo en expansión y no encoge ni se regasta-, decía que decir te amo varias veces al dia no adocena la relación, como el tópico nos quiere hacer creer. Nosotros no creemos en tópicos. Desde que no creo en tópicos soy más feliz. Lo juro.

lunes, 21 de marzo de 2011

Carnaval Chiquito 2011

Nuestra cita anual del Carnaval Chiquito ha servido de revitalizante y supermineralizante. La cara me dolía de reírme.

Gente: toda y más. Había tantas agrupaciones que no pudimos salir del tramo Plaza Las Flores, Columela, Palillero. Era un bucle infinito. No nos dio tiempo a subir hasta la Torre Tavira ni tampoco a la Plaza San Agustín, que cantaba el coro Allegro Molto Vivace. Pero lo que vimos, buah, no tuvo precio. La fina ironía gaditana, la poca vergueza, el nulo sentido del ridículo, la crítica y la autocrítica, la risa.

Las mejores de ayer, la Supermonas, superheroínas superchachis y superpijas, osssea.

viernes, 18 de marzo de 2011

Cromos

El álbum de las Mariposas del Mundo. Perdido. Los cromos de mariposas venían en pastelitos Panrico. No recuerdo cómo eran esos pastelitos, pero chocolate tenían porque pienso en el álbum y se me viene al paladar un sabor de bizcocho industrial con chocolate absolutamente delicioso.

Las mariposas eran alucinantes, algunas ENORMES y bastante siniestras -yo me encuentro una mariposa ENORME con esas trompas chupadoras que tienen y la verdad, me da yuyu-. El final del álbum fue curioso: mi padre recortó las mariposas y las pegó en folios blancos. Luego los enmarcó y hala, cuatro cuadritos de mariposas supercutres que estuvieron decorando la casa mucho tiempo.

El álbum de las Adivinanzas. Lo tengo. Sigue en la estantería del cuarto de los niños. Es de colección pero me gusta que los niños lo tengan en su cuarto y lo hojeen de vez en cuando. Mi nombre - con rúbrica cursi- sigue escrito en la portada.

Lo que yo aprendí con ese álbum ... trae un pilón de adivinanzas, récords y curiosidades. Sólo hubo una adivinanza que se me resistió durante mucho tiempo, porque además nunca me salió el cromo: "Soy un plato de marisco si me preparan guisada, también puedo ser un disco o una pieza orquestada". Los cromos venían en los Bony y los Tigreton. Y no siempre caían para la merienda (mi madre a veces se empecinaba en merendar sano).

 Aunque en realidad por lo que estoy viendo, tragué bastante colesterol de pequeña, porque los cromos del álbum de Parejas Famosas también casi lo completé. Yo creo que mi madre me compraba los Gitanitos Ortiz porque con los cromos apredimos muchísimo y mi madre es una ardiente defensora de la cultura. En el álbum de las Parejas Famosas tendías a volverte maniquea, porque algunas figuras las pintaron con cara de mala. Por ejemplo, Josefina, que salía con cara de hembra manipuladora. Aún lo conservo. Aún me parece que huele al chocolate de los Gitanitos Ortiz.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Leyendo

Entretenida a la par que instructiva
Acabé la novela sobre Nueva York. O el novelón. Chorrocientas páginas superentretenidas sobre la historia de la Gran Manzana. Lo único pesado fueron los capítulos dedicados al proceso de Independencia, la guerra, el general Washington y toda la pesca -que además leí en circunstancias poco agradables-. En cambio a partir de los Five Points, las revueltas neoyorquinas en las levas de la Guerra de Secesión, las oleadas migratorias del XIX, los variados cracks bursátiles... todo el entramado histórico en que se envuelven los personajes de Nueva York ha resultado entretenidísimo.

En realidad entremedias empecé y acabé la última novela de Carmen Posadas, esa del asesinato, que es cortita y se lee sin sentir. Es una especie de homenaje a las novelas de Agatha Cristie. Me encanta Diez negritos. Y Asesinato en el Orient Express, y Muerte en el Nilo, con esa fauna decadente. Adoroo a Miss Marple y adoro a Monsieur Poirot.   

Inmersión, inmersión!!!
Anoche mismo empecé mi primera novela de Tom Clancy: La caza del Octubre Rojo. Me la llevé a la cama porque tras el novelón tenía ganas de algo que pesara poco para poder taparme bien y leer sin sacar los brazos mucho. No tenía demasiada fe pero por ahora mola. Ya vi la película un par de veces. Me encantan las películas de submarinos. Son una especie de micromundo testosterónico y lleno de rituales. Abajo el periscopio, sónar para allá, misiles para acá... y en esta novela estoy aprendiendo mucho argot submarinesco. Además me gusta esa época gris del final de la guerra fría.


Si me sigue enganchando el Octubre Rojo bien (además mientras leo veo al bueno de Sean Connery, que lo hace maravillosamente bien de capitán). Si me aburre, la dejo y me pongo con la última de Ken Follet, que mi madre ya ha leído y me la trajo a casa hace un rato.

Nada plúmbeo, nada serio, nada magistral. Literatura de entretenimiento puro y duro porque es lo que me pide el cuerpo ahora y por mucho tiempo.

jueves, 10 de marzo de 2011

Mi ciencia ficción de culto

Maya a punto de transformarse en horrible bichejo
Espacio 1999. Ayer tuve que investigar para recordar su nombre. Yo la veía con 8 años y me parecía superchula. Jamás me perdía un capítulo, creo que la ponían cada tarde, pero no estoy segura. Buscándola me he dado cuenta que era en color: yo siempre la vi en blanco y negro. Sólo recordaba dos cosas. Que trataba de una nave que va de planeta en planeta y se encuentra a bichos horrorosos. Y que adoraba a Maya. Maya siempre salvaba a sus compañeros, que tía más valiente y más capaz. Se transformaba en cualquier bicho, una vez se transformó en unos aliens particularmente dañinos, que estaban haciendo estragos entre los buenos y sólo ella se daba cuenta de lo malos que eran, porque los aliens aparecían ante los buenos como seres humanos y sólo Maya los veía como aliens asquerositos. Ese capítulo me impactó a lo bestia. Yo quería ser Maya. Era mi ídolo.

Un conflicto, no se con cual quedarme
Galáctica. La veía con doce años. Me provocaba un conflicto: no sabía si me gustaba más Apolo o Starbuck. Unas veces Apolo por serio y responsable. Otras Starbuck por resultón y canalla. Como a  mi hermana tambien se le presentaba el mismo conflicto, unas tardes yo me quedaba con Apolo y otras con Starbuck y ella, al contrario. La pusieron un verano y lo mejor del mundo era verla después de la playa y la comida, repantingada en el sofa y oliendo a champú. En realidad no recuerdo bien de qué trataba, sólo que había naves que disparaban a otras, que Apolo y Starbuck eran listos y siempre ganaban -creo- y que me resultaba superemocionante. No he visto el remake, dicen que mola.  (Vi algún capítulo de la nueva V y no está mal, aunque es un poco sosa).

jueves, 3 de marzo de 2011

Mi pelo, hoy (2)


Así mi pelo, tras un buen rato en la peluquería. La han abierto hace una semana y la lleva una chica joven. Yo siempre me aturrullo en las peluquerías y como estoy cortada tiendo a decir muchas pamplinas. Le conté cientos de pamplinas a la peluquera joven. Me ha caído muy bien.

Estoy contentísima con mi pelo ahora, nunca había conseguido tenerlo tan largo. Me miro y me remiro y  no me canso de mirarme. Soy pura vanidad.

Poli de Fargo

Una de las cosas que más me gusta del personaje de Marge, en Fargo, es su forma natural de llevar el embarazo. Se pega madrugones, se hincha a comer -comida supergrasienta-, se quita de encima con elegancia a un pesado, persigue a los malos y pega tiros.

Yo disfruté sin problemas de mis embarazos. Sólo los primeros meses lo pasé regular por culpa de las nauseas. Yo soy muy insufrible cuando me pongo alimentariamente tonta. Le cogí asquito a casi todo: los embutidos, la carne, el tomate, el caldo del puchero, los pasteles y el chocolate, hasta al agua le cogí asco. Solo quería comer potaje de lentejas y polos de limón. Una cosa hormonal a tope.

Pero aparte de esa tontería que me subió, pasé embarazos tan pimpantes. Engordaba lo justo y no me salieron ni estrías, ni manchas. Y sobre todo, fui a trabajar hasta el último momento; me di de baja sólo una semana antes de cumplir. No se trata de aguantar, se trata de no poner la excusa del embarazo para irte a casa de baja: conozco mujeres que lo han hecho -con embarazos sanos-  y no me gusta.

Estar embarazada no es ni el éxtasis entre algodones que a veces te venden (porque a más barriga, más andares de pata, menos te ves el coño para depilarte, más trabajito cuesta ponerte los pantalones), ni tampoco es un estado de enfermita crónica. Estar embarazada tiene magia (pataditas, manitas que se desperezan) y supone pequeños incordios tontorrones.

Estando embarazada puedes follar, puedes seducir, puedes ser la más guapa del lugar. No hay misterio, es la vida misma.

martes, 1 de marzo de 2011

Mentiras y relatividad

Cuando eres adolescente mentir puede convertirse en una opción inteligente. Cuando yo era adolescente, mentir se convirtió en la única opción inteligente porque me permitía vivir. Si no hubiera mentido la mujer que yo quería ser estaría ahora en el limbo.

Mucha gente me decía que no mintiera. Era tan fácil aconsejar que me rebelara. Planta cara a tu padre, me decían. Una mierda. Yo soy cobarde, pero también muy lista: siempre he optado por el camino que menos trauma pudiera causar. Si mentir me quitaba a mi y a los demás muchos dolores de cabeza, llantinas y gritos, bienvenida sea la mentira.

Mírenme ahora, tan sana y tan equilibrada que doy asco. Por mentir a diestro y siniestro. No tengo ninguna culpa y aquellos a quienes mentí, estan tan frescos y felices, benditos ignorantes. Benditas mentiras.