Es cierto, mi hermana sonreía con perfidia, esa pícara perfidia suya, cuando lograba ponerse el mismo vestido al salir de paseo. Mi madre nos hacía la ropa, vestidos a veces repolludos y otras veces etéreos e ibicencos en verano, el mismo modelo para las dos, cada verano un par o tres vestidos nuevos a estrenar. Cuando llegué a la edad del pavo ya no soportaba que mi hermana vistiera como yo y ella, que aún era pequeña pero muy lista, siempre se salía con la suya.
Mi hermana me miraba con perfidia y rabia -pequeña e inocente- cuando se acababa el helado antes que yo. Pero es que ella siempre fue una glotona y se zampaba el cucurucho en tres chupetones y yo, siempre elegante, tardaba un buen rato y la miraba con engreimiento. Mi hermana rabiaba.
Recuerdo el día que nació: para entretenerme mi tía me llevó a una velada y me hartó de montarme en cacharritos. Recuerdo estar dando vueltas en un cochecito de feria e ir pensando: tengo una hermana, tengo una hermana. Recuerdo el día que llegó a casa, la mañana siguiente o quizás la otra: era agosto y muy temprano, yo bajé al patio en camisón, mi madre me la enseñó y yo pensé, pero que fea!!! porque era morenita, canija y lloraba mucho. Le di un besito en la frente y ya fuimos inseparables.
Ahora es una mujer valiente. Una de las más valientes que conozco. Supera obstáculos con su sonrisa amplia, su mirada linda, su enorme fuerza y bondad.
3 comentarios:
Me gustó la entradita esta tan tierna, Mar.
La mia y yo somos el día y la noche y siempre hay entre nosotras pequeños lios.
A mi me dice que me quiere pero me llama de todo menos guapa, jaja.
Besos
Felicitaciones por el blog, te dejo el mio por si tienes a bien echarle un vistazo, más o menos es un poco transgresor, una opinión distinta.
http://paisbdsm.blogspot.com.es/
ohma, qué bien que te gustara, ahora mismo hable con mi hermana por teléfono y lo cierto es que la echo mucho de menos.
AMO SINIESTRO, gracias por el enlace, me paso por el blog, es genial que sea trasgresor.
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