miércoles, 24 de marzo de 2010

Ventajas de caminar

No tener carnet de conducir tiene sus inconvenientes, me lo dicen a veces. La lista de inconvenientes, por sabida, no la pondré por escrito. Aburre mucho. Está muy visto.

Una vez me agencié un, cómo se llama, un manual de esos para aprender a conducir. Un tostón. También un número insano de tests. Paso de autoescuelas para la teórica, decía yo, tochula. Me puse a estudiar un verano bastante repugnante de calor. Para hacer los tests aplicaba un método deductivo que pensaba era infalible. Normalmente acertaba dos o tres respuestas. Increíble. Yo, la empollona del lugar, acertando sólo dos o tres ítems. En agosto ya estaba hastiada y me quité ese peso de encima.

Me se todas las líneas y horarios de autobús urbano, pero lo pillo pocas veces. Para ir al trabajo salgo media hora antes y llego toda espitosa y más contenta que unas pascuas. Caminar le viene muy bien a mi ciática -mi ciática, joder, estoy tomando pastillas, como las viejas-. Caminar le viene muy bien a mi culo, que ahí sigue el tío, sin caerse. Caminando me miro en los escaparates, huelo los naranjos en flor, me fijo en la gente, veo el lento transcurrir de la estación, pienso mucho.

Ayer, de vuelta del trabajo, me tuve que dar prisa, porque E. quería que me la diera. Caminando juego con E. pero a veces el viento molesta. Hay lugares por donde camino que ya forman parte del paisaje íntimo de nosotros dos. Hay lugares donde me paro a conversar, lugares donde quedaron frases importantes. Hitos en nuestra historia.

No hay comentarios: