jueves, 4 de marzo de 2010

Cómo hemos cambiado

Tengo una caja donde guardo recuerdos. Chapitas de la época radikal, facturas de restaurantes, entradas de conciertos, notitas en servilletas de papel. La reviso muy de vez en cuando y revisarlas es entrar en trance melancólico. Cuando voy a Cádiz me pasa lo mismo, en Cádiz me cambió tanto la vida que ir allí es hacer una catársis.

De hecho, tanta catársis sufrí -encontré a una parejita que era compañeros de Facultad y estuvimos rememorando los buenos viejos tiempos- que he buscado y encontrado a mi amiga A., le he enviado un correo y me ha contestado. Hace casi siete años que no se de ella. El correo que me ha escrito es curioso: es cariñoso pero muy contenido. Al leerlo he recordado que ella expresaba sus sentimientos de forma muy peculiar, podía ser extremadamente exaltada o bien tremendamente cauta en sus sentimientos.

Los recuerdos de mi cajita son mi biografía, mis amigos de Cádiz lo son también. Están lejos en el tiempo y pienso si lo que yo he cambiado afecta de alguna forma. El correo que envié a A. me salió así en plan, ole, aqui estoy yo, la alegría de la huerta. Y ella me contestó con muy poca desenvoltura. Pero no le echo ésto en cara, a lo que voy: entre E. y yo tenemos la minidiscusión de si Él me ha cambiado o no. No entraré en detalles -que ya Él lo sabe y estoy ya repetida- pero solo diré que yo antes era muchísimo menos locuaz.

La labor de E. me ha vuelto más espontánea, alegre y dicharachera. Para una mujer seria e introvertida como yo, soltarme de esa manera es, como diría yo ... un rayo de sol. Esa extroversión , que puede parecer poca cosa, para mi es primordial porque afecta a mi relación con el género humano. Vamos, que soy más buena y menos antipática. No es que yo haya sido Miss Antipatía, pero nunca me relajaba del todo.

Ahora mantengo mis reservas, claro, pero voy más flexible. Me refiero a mi trato. Ya digo, que yo haya buscado a mi amiga A. es un gran logro por mi parte. También mi percepción de otras mujeres va haciéndose más "civilizada". En muchos aspectos ya no son el enemigo a batir, me estoy volviéndo más buena que el pan. Y eso, además de a E., se lo debo, curiosamente, a dos mujeres a las que quiero mucho. Se sus nombres verdaderos, pero aquí sólo escribiré sus nicks: sondemar y maiKO{RJ}.

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