lunes, 22 de diciembre de 2008

Una relación sencilla

Estuve leyendo la historia de la esclava Olga en clubsumision. Conociéndome como me conozco, yo no debería leer esas cosas porque se me ponen los dientes largos. Me entra la competitividad y el querer ser más chula que un ocho y la mejor... En fin, cosas mías del tipo inaguantable.

Pero estoy aprendiendo. Al principio de nuestra relación me agobiaba y agobiaba a E. En verano tuve unos días de bajón. Le planteé que lo nuestro no era relación ni nada. Yo ansiaba ser una supermegaesclava. Ansiedad. Impaciencia. Pura irracionalidad veraniega. E. es increíble (¿cuántas veces lo he escrito ya?, babeo por Él). Aprendí de Él, me dió una soberana lección. Aprendo de Él cada día y ni me planteo comérmelo con papas.

Nuestra relación es sencilla. E. utiliza mucho esa palabra y he aprendido a amarla. Sencilla. No se si se parece a otras, no se si es única o diferente o especial. Esta mañana pensábamos los dos cómo habría sido de conocernos con veinte años. Él piensa que nos habríamos casado. Quizás yo habría sido una especie de esclava Olga. O quizás no.

Me gusta fantasear con Él. Me gusta la realidad que tengo con Él. Me gusta pensar en un largo camino. Con Él.

(He encontrado un tema de los Tijuana in Blue que quizás le guste. Se titula Rebelión medieval. Y nosotros dos bailando. Yo llevo mis pantalones ajustados y los aretes...Usted, mmmmm, ya me contará que lleva puesto, si lo desea)

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