viernes, 9 de diciembre de 2011

Días de radio

Hubo una época en que yo escuchaba música. Ahora no Ahora paso por una de esas etapas en que escuchar música se me convierte en un naufragio. Cantar sí canto, pero apenas escucho música. Ya llevo varios meses así, no sé cuánto me durará.

Pero de  jovencilla tenía la radio encendida a todas horas. Mis cassettes, mis vinilos y la radio. Yo quería ser locutora de radio. Me parecía una de las profesiones más románticas del mundo. Sobre todo, sobre todo quería ser locutora de noche, de esas que hablan en susurros y dicen cosas poéticas. Menuda pava estaba yo hecha. Pero como cuando se me mete algo entre ceja y ceja, no paro hasta conseguirlo, envié algunos currículos y una radio piratilla me aceptó. Porque no está bien que lo diga, pero mi voz queda resultona en radio.

En aquella cadena apenas salí al aire. Aprendí cosas técnicas que ya he olvidado y me relacioné con gente guay que tenía pretensiones de hacerse un hueco en las radiofórmulas. Pero a nadie tan romántico como yo. Me suele pasar. Me hago ideas chachis de las cosas y luego la realidad resulta fea. O mediocre. Una vez presenté un tema de Boston. Ahora que la estoy escuchando me pasa: que me entra melancolía y un poquito de autocompasión.

De jovencilla me gustaba tanto escuchar la radio que pensaba que me dedicaría a ella. En un concurso de cuentos que organizó una radiofórmula, me llevé el premio. El tema era contar una historia centrada en la radio. Yo escribí un relatillo lleno de sentimientos adolescentes. Yo era una adolescente calenturienta, llena de ganas de enamorarse y sobre todo, enamorar. Y los relatos me salían así, terriblemente apasionados. Me hicieron una entrevista, por ganar el premio. Como siempre me pasa, que soy una de esas tímidas echadas para´lante, contesté a mi entrevistador con chascarrillos y gracia gaditana. Fue la última vez que mi voz estuvo en el aire.



2 comentarios:

Marlowe dijo...

Hacía miles de años que no escuchaba esa canción.
La vida puede ser mediocre. Los sueños,no.
Saludos y buen fin de semana.

Mar dijo...

Pero si se hace todo lo posible por hacer sueños realidad, la vida deja de ser mediocre. Yo quise ser locutora, esa vieja canción de Boston me permitió serlo durante unos minutos y eso me hizo rozar -unos minutos, sí, pero ¡menudos minutos!- la felicidad.

Saludos, yo también te deseo un buen fin de semana.