martes, 24 de noviembre de 2009

Un apunte del natural


ALBERTO DURERO, Hierbas en un prado, 1503

Un puñado de hierbas merecedoras de un cuadro. Acuarela, plumilla y tinta, lápiz y aguada sobre papel, en apenas 40 por 30 centímetros. Lo más humilde del mundo y además lo más falto de pretensiones. Es sólo un estudio, unos apuntes tomados del natural. Pero tuvieron su tiempo y ahora merece la mayor admiración.

Lo más humilde, cuando no esconde esa falsa modestia tan aborrecible, es lo más grandioso. Es muy difícil de encontrar. Probablemente en este espacio tampoco se encuentre. Querer ser verdaderamente humilde, no, carajo, SER, tener la ESENCIA de la verdadera humildad es un don escaso. En realidad nos mola mostrarnos falsamente humildes y, como siempre se detecta, el resultado es penoso.

No tengo pretensiones, no quiero tener pretensiones sobre mi relación con E. Es la relación más humilde y más sencilla sobre la Tierra. Intento, intentamos que tenga en si las cualidades de la pureza, de la Dominación pura y sin matices. Profundizamos en ello, sin pretensiones, intentando no mostrar un mundo falso o banal, intentando hacer de lo sencillo lo más grandioso. Solo para nosotros dos.




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