sábado, 7 de noviembre de 2009

Luna de miel

E. dice que estamos de luna de miel. Cuando lo dice yo saco morrillo, pongo la cara de pavizanga que Él ya sabe. Qué tonta por dios, de luna de miel, qué par de tortolitos.

Su collar está ahí, aguardando mi súplica. Le llamo por su nombre, saboreo su nombre -qué precioso es-, le tuteo -válgame Dios, soy una descocada-, pero mis confianzas no van más allá. El respeto, la actitud se mantienen igual, somos oficiosamente Amo y kajira, nos tratamos como antes pero con un paso dado. Mi actitud no ha cambiado con Él pero si es más amplia, más diversa, más cómoda y fluye una energía diferente a la primera vez.

Es tan importante el paso que queremos dar que vamos con cautela y medimos bien nuestras fuerzas. No hay prisas ni necesidad de demostrar nada, sabemos con quien nos la jugamos; sólo esperamos el momento, la señal, el click que me haga salir a mi de mi duermevela.

(La canción de Gloria Lasso viene maravillosamente bien, es ñoñísima pero me encanta. Además me sale la mar de aparente en el karaoke)

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