sábado, 21 de noviembre de 2009

Defensas bajas

Ayer por la tarde empecé a sentirme mal. No suelo ponerme mala, y cuando lo hago es siempre en el peor momento, maldita sea. Empecé con escalofríos y nauseas, en fin, que apenas he dormido. Ahora tengo el cuerpo derrengadillo, estoy flojucha y sin ganas de comer.

E. se reía dulcemente mientras esta mañana le contaba mis achaques. Claro, a Él le mola tenerme flojucha y usable. Natural. Me da mimos y me dice cosas bonitas. Yo me río en plan pava y abuso de mi estado gripal para que me de más mimos, etc, etc.

Es puñetero estar pachucha. Entran malos pensamientos nada propios de una kajira. Entran ganas de estar tirada en la cama y le hagan a una todas las tareas. ¿Qué hacen las kajiras cuándo estan malitas? Ay, Gor, bendito Gor.

Hace un rato pensé que me encontraba mejor y se lo dije a E. El plan era fardar un poco, una cosa como: mira, lo fortachona que soy, pedazo de hembra que Te llevas, que no han pasado ni 24 horas y ya está curada.

Pero E. siempre me las da por todos lados. Yo presumiendo y resulta que a Él no le importa que yo esté pachucha y desea seguir cuidándome. Es que soy tonta. Siempre quiero ir un paso por delante y no es así.

En fin, mañana cuando repase esta entrada pensaré que he desvariado un poco más de la cuenta, He escrito casi mecánicamente y no se qué saldrá de aquí, pero bien poco me importa. Debería convencerme de que cuando se está con las defensas bajas casi todo es perdonable.

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