jueves, 7 de mayo de 2009

Ser una mula

Aunque muchas cosas son arrebatadas por el tiempo,
otras muchas permanecen;
y aunque no tengamos ahora la fuerza que en los viejos días
fue capaz de conmover la tierra y el cielo,
seguimos siendo quienes somos...

ALFRED, LORD TENNYSON


En la época del grupo radikal con k yo vestía con vaqueros ceñidos y foulares al cuello, pelo salvaje, cejas salvajes y cara sin maquillar. Era una especie de norma no escrita. Iba de jipi, yo. Además, caminaba a grandes zancadas con gesto hosco, bebía a morro de litronas compartidas y no fumaba porros porque me caen asquerosamente mal, pero los pasaba con un estilo que te cagas.

Un día me harte del grupo radikal por cuestiones que no vienen a cuento. Una noche salí con mis amigas del piso y me preparé a conciencia: ojos maquillados, pelo tirante hacia atrás, grandes aros en las orejas. Me encontré a I. del grupo radikal. Me zampó dos besos, me miró. Me dijo que estaba muy cambiada y yo me sentía cambiada. No por la ropa, no por el maquillaje. Ella me era lejana, el grupo me era lejano. Y así me ha pasado con otras personas, otros grupos. Me alejo de ellos, los pierdo, me voy y no miro atrás.

Pero les recuerdo y no hay desprecio ni rencor, ni indiferencia. He perdido conscientemente a muchas personas. Les he perdido porque he pensado que cambiaba y probablemente no era así. Soy una mula. Mi cara es de mula, alargada y de mandíbula cuadrada. Mi caracter es terco, como una mula. Me aislo, me sumerjo en mi coraza de mula y voy a mi bola. Pero observo alrededor. Observo sin ser observada, como una mula que aparentemente no está en el mundo y si en su digestión y qué carajo va a ser así.

Como mula voy dando topetadas. Son signos cariñosos. Soy una mula optimista. Visceral y, a pesar de mi aspecto sereno, pulcro y cuidado, sigo en estado semisalvaje.





No hay comentarios: