martes, 12 de mayo de 2009

La pregunta de ayer

Ayer F. me preguntó si quiero servir a Alguien, de nuevo. Volver a empezar. Como es asunto donde mi corazón y mi sexo marcan la pauta, no me lo pensé mucho. Quiero servir, quiero empezar de nuevo, quiero seguir la ruta que he elegido.

Insisto en no pensar aunque sí que pienso. Lo que me resulta trabajoso es meditar sobre los motivos de mi sumisión, sobre los motivos de mi empeño en vivir así. Vivir el tiempo que sea posible, las jornadas que sean posibles, pensar en ello el tiempo adecuado. La D/s no es mi estilo de vida. Es parte de mi vida y no la quiero desechar ante los obstáculos que se me hayan presentado.

No soy voluble. No soy cerebral. Empecé hace un poco más de dos años por instinto. Como muchas sumisas, me di cuenta de que podía vivir lo que ni yo misma me reconocía. Años de bloqueo mental por confusión de términos: soy feminista, me decía. Para mi es inviable que un hombre me domine, repetía. La palabra sumisión era palabra vetada en mi vocabulario.

Leo, converso, escucho y caen los bloqueos. Vi que la D/s se ajusta a mi forma de entenderme. Soy sumisa por rebeldía. Soy sumisa como manifestación de mi esencia femenina y feminista. Soy sumisa como forma de vivir mi sexualidad de forma no convencional. Soy sumisa como forma de reconocer la valía de otros, de otras, de los que aprendo, en los que me miro, en los que me muestro.

Por eso, deseo servir a Alguien, de nuevo. Porque soy egoísta y quiero ser mejor persona. Porque soy perfeccionista y quiero ser mejor mujer. Porque soy posesiva y quiero vivir, tener más. Porque soy controladora y quiero dominarme. Porque soy terca como una mula y no me rindo nunca.

No hay comentarios: