viernes, 3 de diciembre de 2010

Maternidad y libros de instrucciones

En casa tengo unos tres libros del tipo: "Cómo ser una mamá superguay". Hay uno especialmente terrible, se llama ... no recuerdo cómo se llama, lo tengo abajo, pero va de cómo entretener al niño haciendo con él toda clase de juegos superestimulantes y enriquecedores. Yo lo leía y me agotaba. Si te pones a hacer todos esos juegos superestimulantes, tiempo para trabajar y limpiar, cocinar, tender y esas cosas no hay. Esos libros me los regalaron con toda la buena intención del mundo, pero nunca me fueron de utilidad.

En realidad lo que siempre he utilizado ha sido la experiencia. La de mi propia niñez, que fue bastante feliz. Básicamente el manual de instrucciones de mi niñez se resume en:

- pasar mucho rato con los abuelos, pero no para jugar. A mi lo que me gustaba era sentirlos cerca. Por ejemplo, con mi abuelo C. me sentaba a verle trabajar y a ver la tele. Con mi abuela M. se sentaba a leer cuentos -leerlos yo sola o mirar los dibujos, ella estaba a lo suyo. Con mi abuela P. desayunaba y la miraba hacer la comida. Con mi abuelo R. iba al parque a echar migas de pan a los palomos.

- mi madre rara vez jugaba conmigo, siempre estaba muy liada. ¿Era algo que yo necesitara, que jugara conmigo? Pues no. Mi madre limpiaba, cocinaba, cosía y yo jugaba. Cada una a su rollo.

- yo jugaba: a) sola, b) con mi hermana, c) a veces, con vecinitas. Prefería jugar sola y montarme mis historias: vestir a la Nancy, jugar a las cocinitas, recortar mariquitinas, montar el exincastillos...

- mis padres me llevaban con mucha frecuencia de paseo. Si íbamos de tapas me sentaba formal y me tomaba mi pepsi y mi ensaladilla rusa. Si íbamos al campo o a la playa me pasaba el día trotando y jugando con mi hermana a la pelota y a dar brincos. Ningún adulto dirigía mis juegos ni proponía actividades educativas o estimulantes.

- nadie me dirigió en mis lecturas, yo leía lo que pillaba. Nunca me proporcionaron lecturas instructivas o educativas y propias de mi edad. De pequeña lo que más me gustaban eran los Mortadelos y las Joyas Literarias.

- el tiempo se me iba en ir al cole, hacer deberes, jugar, leer  y ver la tele. Una hora al día iba a particulares de inglés. Me acostaba temprano y leía en la cama hasta que me entraba sueño. Mi hermana hacía lo mismo que yo. Los fines de semana nos despertábamos tarde y jugábamos en la cama hasta que nos entraba ganas de levantarnos. Tenía un horario de niña, no un horario de adulto, como tienen muchos niños cargados de actividades extraescolares (superestimulantes)

En resumen, lo normal. El resultado creo que aceptable. Creo tambien que es el referente más sensato para mi propia experiencia de ser madre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primer error adivinatorio: sos mamá.

Notable tu manera de contestarme