jueves, 27 de mayo de 2010

Series míticas: 2

Yo, Claudio.

Tenía dos rombos, creo yo, pero no se cómo me las ingeniaba que me chupé la serie casi entera en la época que la estrenaron en nuestra tele. Serían los primeros ochenta, porque yo vivía en el piso del Centro, en EGB estaba seguro, asi que yo tendría unos trece o catorce años. Una chavalina.

El único capítulo que me prohibieron fue el de Calígula, cuando se vuelve loco del todo y asesina a su hermana. No se yo cómo mis padres sabían lo que iba a pasar. ¿Avances de la serie? ¿El Teleprograma? El caso es que lo prohibieron muy seriamente lo cual no quitó que mi madre, al día siguiente, me contara con pelos y señales lo que ocurrió en el capítulo.

Además, qué tontería. El capitulo realmente fuerte fue aquel donde Mesalina hace la apuesta con la prostituta más famosa de Roma. Aquel capítulo me dejó toda trastornada: fue la toma de conciencia de que existían los gang bangs en la Historia. Me tuvo mucho tiempo cavilando aquel capítulo... y su desenlace, con la pobre Mesalina decapitada.

El caso es que, con la excusa de que era una buenísima serie, basada en oscuros momentos de la Historia de Roma, me la vi casi entera sin que mis padres me mandaran a aburrirme a la cama. Y disfrutaba comentándola con mi madre. Ella se horrorizaba de tanta perversidad y cabeceaba asi con la cabeza, hay que ver, que gente... decía. Mucho tiempo después me devoré la novela de Robert Graves y luego se la presté a mi madre. Constatamos que sí, que Calígula se había vuelto majara y que Mesalina perdía la decencia y la cabeza. No fueron imaginaciones nuestras.

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