martes, 25 de mayo de 2010

La imagen que muestro

Querer agradar a toda costa debería estar prohibido. Porque cuando se desea ser agradable a los ojos de los demás se puede caer en múltiples pecados. Autocomplacencia. Necedad. Sobre todo, hipocresía.

A veces no deseo ser agradable y me entra un bulle-bulle antipático por el cuerpo. Es, como digo, una sensación antipática.

Qué ven los demás de M.? (Y no hablo de la red, que 1º, ofrece una imagen simple y absolutamente parcial de la gente y 2º, no es válida para mi, que no poseo un perfil muy público que digamos)

Qué ven los demás? Qué ve mi famila? Qué ven mis amigas? Qué ven mis compañeros de trabajo? Qué ve E.?

Cada uno, una parte y ni siquiera la suma de cada parte ofrecería el cuadro completo, lo cual es justo, porque todos tenemos nuestros rincones secretos. Las partes que no deseamos que vean, por no desagradar. O las partes que mantenemos ocultas, por seguridad, por placer, yo que se.

A veces me sorprende aparecer ante los demás de una manera que no era la proyectada. Parecías tan ... (ponga cualquier adjetivo, que seguramente será el incorrecto). Pero es estúpido pensar en ello. Con conocerme yo, debería bastar.

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