jueves, 12 de febrero de 2009

Carnaval en Cádiz, sin disfraces

Hubo tres Carnavales sin disfraz. Sólo la cara pintada, porque algo había que ponerse. Si sales un sábado de Carnaval en Cádiz sin disfraz, o al menos, sin algo medianamente mamarracho, haces el paria.

Paradójicamente, esos tres Carnavales fueron absolutamente desmadrados. Iba con la cara pintada y el abrigo, más panoli imposible. Sin embargo, fueron una locura. Ya no voy a Cádiz en sábado de Carnaval. Ahora soy formal y voy el Lunes de Coros, si encarta, o bien el domingo del Carnaval Chiquito. Pero aquellos primeros años, primeros sábados...

Era posible bailar por la calle y cantar aquello de "Soy Currito de la Cruz / pero como bebo tanto, /ahora me dice la gente / Currito el de la Cruzcampo". Era posible pegar la hebra con cualquiera por cualquier marcianada, hacerte colega del alma del primero que pasaba. Correr por la calle Pelota, brincar por la Catedral, alucinar por Columela y perderse. Encontrar a quien querías encontrar. Besar con el mar enfrente, en el Campo del Sur. Olvidarse de la claridad del día. Olvidarse de cualquier atisbo de razón. Ser loca, unas horas.

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