martes, 12 de enero de 2010

No es encoñamiento

Vaya si lo sabré yo, que he estado encoñada tantas veces. Honestamente reconozco que lo temí, que hubo días en que temí que lo fuera: otro encoñamieno más, que es sincero y precioso y maravilloso, ojo, no voy yo a anatemizar mis encoñamientos. Jamás renegaré de ni uno solo, vaya estúpida sería entonces. Pero esto no es encoñamiento y por eso lo afirmo, porque se de lo que hablo.

No es obnubilación de esclava. Ay esas obnubilaciones tan requetepreciosas en que el Amo está tan divino de la muerte... Pues tampoco. Pudo serlo pero no. Y mira que me he imaginado obnubilada pero me parece tan puro teatro, tan falso y tan pedante. Tan de galería de modelo sumiso. Tan de sumisa perfecta y megaguay.

Pero tampoco es una cosa seca, práctica y pragmática. Él es práctico, me encanta su lado práctico, hasta le cambia la voz cuando saca su lado práctico. Yo lo soy menos pero soy Capricornio y las Capricornios vivimos en una realidad tamizada de ambiciones y deseos que nos emperramos en hacer realidad. Pero no es una relación basada en sacar la mejor tajada para cada cual. Tampoco.

Yo se lo que es. Vaya, es muy fuerte. E. también lo sabe. Me maravilla que podamos hablar una y otra vez de lo que es, de cómo se ha forjado y se va forjando nuestra relación, una y otra vez repitiendonos sus bases y parece que cada vez que hablamos de ello es la primera. Es reconfortante. Y aún lo es más cuando nos quitamos las palabras de la boca, o cuando Él ya sabe lo que voy a decirle y no me deja acabar porque las palabras sobran.

No hay comentarios: