lunes, 23 de marzo de 2009

En primavera

El viernes hizo un día espléndido. Di un paseo con mi hijo pequeño, nos pusimos mangas cortas por primera vez, este año. El mar a un lado y yerba al otro. Flores, vinagrillos y margaritas. Olía a campo y a sal. No hacía viento y picaba el sol. Miraba al niño jugar y me sentía serena. No se cuánto me durará.

Más tarde encontré a E. y conversé un buen rato con Él. Seguía serena y aprendí nuevas cosas. Aprendí que quitarse tres letras encerradas en un par de llaves no es más que eso, quitarse tres letras. Mi voluntad permanece.

Igualmente volví a encontrar la grandeza de E., el trato delicado y generoso que me dispensa, su cariño, su bondad, su callada nobleza.

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