domingo, 25 de enero de 2009

Libros de autoayuda

Creo que sólo he leído un libro de autoayuda en mi vida. Tuve bastante. Fue en tercero de BUP. Lo puso como libro de lectura obligatoria una profesora de Filosofía bastante loca. Me encantaban sus clases y me daba pena: tenía problemas, creo que la dejó el marido.

El libro en cuestión era un clásico: Tus zonas erróneas de Wayne W. Dyer. Como soy tan aplicada, me empeñé en buscarme esas zonas erróneas y curarlas bien. Creo que fue más estresante el remedio que la enfermedad. Carajo, sólo tenía dieciseis años. ¿Qué mierda de zonas erróneas se tienen a los dieciseis?

Una vez fui a un psicólogo. Puede que en otra entrada cuente qué me pasaba entonces, tenía ya diecisiete. La cabeza como una olla de grillos y sin follar. Me recomendó Tus zonas erróneas y no volví. Detesto los libros de autoayuda y similares, empezando por el tal doctor Wayne W. Dyer y acabando por ese engrendro llamado Paulo Coelho.

Detesto los libros, los escritos, los manuales y las descripciones que me dicen cómo vivir. Esas generalizaciones. Esas miradas encorsetadas a fuerza de no querer serlo. Vivir no es un manual. Equivocarse, errar, dudar, tomar direcciones opuestas, vivir las contradicciones, vivir el doble.

No hay manuales. Nadie debe describir la vida de nadie.

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