En cualquier local swinger te encuentras el cuarto de juegos chulo con su cruz y su ambiente tenebrosillo con la peña jugando y pasándoselo como debe ser. Ambiente de juegos BDSM sin comerse el tarro. Por eso no entiendo bien a la gente que se anda con suspicacias ante las parejas liberales que curiosean con el BDSM. Yo, que no soy de ponerle puertas al campo, no entiendo esas tontas fronteras que se establecen entre el mundo swinger y el BDSM.
Entiendo que no guste una u otra historia. Entiendo que una pareja opte por el camino BDSM y abomine de lo liberal y viceversa, las parejas que viven la vida loca pero no gustan de jugar en el lado oscuro. Perfecto. Cada pareja disfruta como tiene a bien.
Lo que no me entra en la mollera es la crítica a las parejas que gustan de los dos mundos y picotean de sus placeres. Parejas liberales que tienen sus ratos de Dominación y sumisión pero no se implican en una vida BDSM. A los de la rama ortodoxa, estas parejas les molestan, ya se sabe, no son puros. Contaminan la esencia del BDSM y blablabla. El mismo rollo de siempre, qué les voy a contar.
Del lado oscuro ya no hablo. Esos temas a veces polémicos como la cesión de la sumisa, que a muchos y muchas se les atraganta, son juegos liberales como los que más, pero no se yo, ahí me declaro muy ignorante. La cesión, menuda historia... y sin embargo, qué divertido si le quitas trascendencia (aunque quizás entonces ya no tendría nada que ver con el BDSM y perderíamos la esencia y toda la pesca). No obstante, yo creo que estaría bien.
A mi es que ya saben que lo de las etiquetas me echa muy para atrás.
2 comentarios:
En todos los grupos existen fanáticos.
Saludos
Por eso yo no pertenezco a ninguno.
Un saludo.
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