viernes, 25 de marzo de 2011

Parecía primavera


El 20 prometía pirmavera. El 21 amaneció seminublado. El 22 sopló un levante terrible. El 23, en esa playa, azotaba la arena. La semana anterior yo fantaseaba con camisetas chulas y gafas de sol. Acabé con el chaquetón que me pongo en lo más crudo del crudo invierno y el gorro de lana que creía infamantemente desterrado en un cajón, hasta el invierno que viene.

Pero no estuvo mal, fue divertido, a ratos estresante, pero esas cosas me estimulan. Estas noches caigo rendida y doy cabezadas frente al libro. Me encanta ir diciendo estoy ocupada, estoy superocupada.

Parecía primavera y hoy hace un tontorrón día de lluvia. Lluvia finita y sosa, esta mañana me fui cabreada al trabajo porque -soy mema, lo se- yo quería un día de sol, tenía el antojo de un día de sol y mira cómo amaneció. Luego, solucionando cosas en el trabajo, hablando mucho, olvidé que llovía y se me dispararon las endorfinas.

Luego, más tarde, estuve con E. y hablamos como hablan todos los enamorados. Nos decimos te amo varias veces al día. Decir te amo varias veces al día a la persona que amas -con toda el alma, que es un universo en expansión y no encoge ni se regasta-, decía que decir te amo varias veces al dia no adocena la relación, como el tópico nos quiere hacer creer. Nosotros no creemos en tópicos. Desde que no creo en tópicos soy más feliz. Lo juro.

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