tag:blogger.com,1999:blog-36588244639699544142024-03-13T01:36:15.209+01:00roxanne no te comparteI won´t share you with another boyMarhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.comBlogger793125tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-61748329922982064562021-06-22T18:25:00.001+02:002021-06-22T18:25:42.240+02:00Cuando no la nombran a una en los discursos <p>Escrito en 2018, cuando aún había este tipo de actos y yo aún me ponía con la regla. <br /></p><p>Lo que pasó es lo siguiente:<br />
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Acudo a un acto de despedida al que no tengo obligación de asistir pero voy con ganas porque se despide a gente que aprecio. Es un acto un poco aburrido y a ratos emotivo. Con el protocolo justo, sin agobiar. Hay gente muy arreglada, de tacón y traje largo y gente que va de calle con sus vaqueros y polo. Cierta anarquia inocua. Nadie se va a molestar si te vas a la mitad del acto o si hay bebés que lloran o si vas sin pasar antes por la peluquería.<br />
<br />
Llegan los discursos y uno pinta especialmente largo. Leen dos personas: hombre y mujer. Se han empeñado en ir agradeciendo, uno a uno, a las personas de las que se despiden. Nombran a Fulanito y dicen que es alguien muy muy querido y rememoran una anécdota de dos años atrás. Luego nombran a menganita y recuerdan cuanto la aprecian y lo simpática y cariñosa que es, como una madre. Y así van desgranando una lista muy larga.<br />
<br />
Yo me voy inquietando porque tardan en nombrarme. Se que a la primera no me van a nombrar porque nunca pasa así. Pero, a la mitad por qué no. Tendría su lógica. Yo no soy la más popular pero mi huella digo yo que habré dejado. Pues no, coño, pasan los nombres y no aparezco. Y me pongo bastante nerviosa porque aquello ya pinta a final y no hay asomo de aparecer. ¿La última, como fin de fiesta?¿Una sorpresa final? Me agarro a las últimas palabras del discurso, despedida, besos pa todos y chimpum. Me quiero hundir en el asiento, que me trague, desaparecer y aparecer en mi camita a salvo. <br />
<br />
Lo segundo que deseo es que nadie, solo yo, se haya percatado. Y que nadie me diga nada por dios. Después deseo no pensar en lo mal que me siento. Lo consigo bastante bien y hasta disfruto de lo que viene después: una cena, copas, voy sorteando la noche sin agobiarme. De vez en cuando me acuerdo, pero bah, desecho los pensamientos depresivos como una campeona.<br />
<br />
Me acuesto muy tarde y duermo fatal. Y ya al despertarme me hincho a llorar. Es que tenía que llorar porque de otra forma exploto. Y ya me autocompadezco sin recato. Que por qué a mi, que o bien soy mala o bien insignificante porque que no la nombren a una en un puto discurso tiene su razón: o eres mala y todos te odian o eres una insignificante y nadie se acuerda de ti.<br />
<br />No se qué es peor, aunque prefiero lo segundo.<br />
<br />
Mi autoestima estuvo bajo cero toda la mañana y además me puse con la regla. Después me hice la valiente y pensé que pelillos a la mar. Conté mi anécdota, lo cual me provocó más llanto y a la vez me sirvió de desahogo. Por la tarde me ocurrió algo chulo que me volvió a levantar el ánimo y el ego y en esa estamos. Relativizando y usando la triste historia para darle vida al blog. No hay mal que por bien no venga.</div>
Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-22513618879110385992020-07-23T14:22:00.001+02:002020-07-23T14:25:05.489+02:00Geografía sentimental en google<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU7AHm2mxcDKie0vAq7eGMSrW1R189-AZvEGfwMu9VmwNHeqFuugsh0178Cms_3FFqmOFeEjrx-VFXGR-XppXzo6QJWIRlWsLw-d-r8C41CtZc8TqFBC3z9cZqBnzpsalDNYERxUPS1rys/s1405/Captura+de+pantalla+2020-07-23+a+las+14.16.37.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="819" data-original-width="1405" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU7AHm2mxcDKie0vAq7eGMSrW1R189-AZvEGfwMu9VmwNHeqFuugsh0178Cms_3FFqmOFeEjrx-VFXGR-XppXzo6QJWIRlWsLw-d-r8C41CtZc8TqFBC3z9cZqBnzpsalDNYERxUPS1rys/s320/Captura+de+pantalla+2020-07-23+a+las+14.16.37.png" width="320" /></a></div>
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Había un pueblo en el norte andaluz que tenía un castillo. No recordaba el nombre del pueblo ni del castillo. Busco por la sierra norte, me sale Huelva, me sale Badajoz, me sale Sevilla. Aparece el pueblo aquel, alargado y soso y en una esquina, más apartado de lo que recordaba, el castillo. Pongo el muñequito amarillo y me planto en la muralla, un polígono desnudo en medio de un secarral. Casi huelo el atardecer de aquel febrero.</div>
<br />
Busco el piso del verano pasado. Encuentro la calle pero no consigo localizar el portal. Debería ser fácil porque enfrente estaba Bob Esponja mirándonos desde una oficina. Husmeo por la calle, llena de bares, la gente que paseaba y bebía cerveza, parques asilvestrados en casi cada esquina, el mural de las mariposas que veíamos de vuelta, con frío y con hambre.<br />
<br />
Localizo el bar cerca del templo de Diana donde almorzamos. Una bandeja hasta arriba de croquetas que duró apenas unos minutos. El calor aplastante junto al puente romano que me obstiné en visitar y la promesa de una piscina a pocos pasos. Localizo la piscina desde arriba y casi vuelvo a ver a M. que aún era pequeño y armaba tanto barullo.<br />
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Encuentro aquella urbanización impersonal donde me sentí muy triste, no localizo el portal donde estaba mi piso pero reconozco, tras tantos años, la carretera que había que cruzar para ir al instituto. </div>
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Vuelvo a visitar la playa inmensa donde paseamos desnudos y los bares de copas donde no nos atrevimos a entrar.</div>
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Vuelo por encima del pueblecillo de montaña donde sólo vivía un puñado de personas que no se hablaban. Almorzamos los cuatro, en aquel viaje almorzar era siempre una fiesta, y le dimos conversación a una señora depresiva que se lamentaba de vivir en aquel pueblucho de mierda. Para nosotros, urbanitas, era un pueblecillo precioso. </div>
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Regreso a la plaza del elefantito del pasado invierno que nos costó localizar y eso que estaba allí al lado. Yo la adoro por Bernini y a M. le gusta por la película de <i>Ángeles y demonios. </i></div>
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Y entro, por fin, en un parque de atracciones que no visité porque entonces yo era miedosa y aún me aturullaba en el metro. Ahora, con el muñequito amarillo, paseo junto a la noria de <i>El tercer hombre </i>y pienso que es una buena excusa para volver.</div>
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-55369539643959191722020-05-31T14:24:00.000+02:002020-05-31T14:24:07.163+02:00Nostalgia de las salas de cineComo pusieron cines nuevos en mi ciudad, tras muchos años sin salas, volví a cierta asiduidad. No mucha, tampoco. La última película que vi en una de las nuevas salas de cine fue la última de <i>StarWars</i>, que me pareció una cagada irrespetuosa con el fandom.<br />
<br />
Sí recuerdo con absoluto amor mi primera película en cine, aquel bautizo mágico. Creo que lo tengo por aquí escrito. La película fue <i>El violinista en el tejado</i> y me se las canciones de memoria. También recuerdo que entré con mis padres en la sala con la película empezada pero a tiempo de ver a Topol cantar <i>If I were a rich man</i>. Impresiona mucho una primera vez, con cinco años, adentrarse en un pasillo oscuro con la pantalla enorme enfrente, sin saber qué maravillas aguardan.<br />
<br />
No fui mucho al cine en mi infancia, excepto a las sesiones del cine de verano, cuando había al menos uno por barrio. A mi me llevaban mis padres a uno u otro, no se bien en función a qué, si las ganas de caminar o la película que echaban, aunque daba igual porque en el cine de verano lo de menos era la película. Importaba mucho llevar un cargamento de chucherías, mirar arriba de vez en cuando para el ver cielo negro brillante de agosto, alucinar a la salida, de lo tarde que era y lo bien que se paseaba de vuelta a casa.<br />
<br />
Las salas de verano desaparecieron una tras otra pero algunos años instalaban una pantalla gigante en el Parque. En los ochenta fui asidua, allí se veía la gente canallita de la ciudad, tomábamos botellines en vez de chuches y vi por primera vez pelis de los Monty Python, las primeras de Almodóvar y una de Oliver Stone, <i>Salvador,</i> que la peña radikal con la que yo me juntaba disfrutó horrores.<br />
<br />
En los ochenta, gracias a mi amigo JA, aprendí mucho de cine, de John Ford, de Huston, del cine clásico y los grandes directores de los setenta y ochenta. De universitaria iba al menos una vez en semana, los días del espectador, fijos, alternando de una sala a otra porque en Cádiz todo está cerca. Había salas enormes, como las del cine Andalucía, y empezaron a abrir multicines con salas minúsculas donde ponian las pelis de cine independiente y te encontrabas con toda la gente gafapasta de Cádiz. Siempre los mismos que también nos encontrábamos en los ciclos de cine que programaba la Universidad. Cuando salías de aquellas sesiones todos echaban mano del paquete de tabaco y se imponía disertar de la película en plan cultureta. Éramos muy repelentes, todos.<br />
<br />
He ido al cine sola en ocasiones y no me gusta. Me resulta aburrido y un poco deprimente. Y me abruma estar en una sala, aunque sea pequeña, sintiéndome perdida, sin nadie familar cerca. Aunque cuando empieza la película me casi olvido de estar sola. Pero no hay color con ir acompañada, comer alguna chuchería en silencio (aunque no me gustan las palomitas), acomodarme en la butaca y mirar cómo se va medio llenando la sala, esa sensación única de compartir, con más gente, el miedo, el suspense, las lágrimas, aplaudir cuando la película emocionante ha acabado. Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-73509755694613971112020-05-07T14:41:00.000+02:002020-05-07T14:41:46.652+02:00Flâneuse, otra vez<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3yF3HNZSeVpyyyDANBuWIs4wcUsm-GyhIsPoHMgNlox1l-ANlWtRYGzAqHDfFCis9nTBt7eYD1RT6pV6Xbn9rMCpeTMaW831qxUJSjuED17Z98imdz1D6qlJhA_UTNfCCgayhMWCFxM9d/s1600/paseo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3yF3HNZSeVpyyyDANBuWIs4wcUsm-GyhIsPoHMgNlox1l-ANlWtRYGzAqHDfFCis9nTBt7eYD1RT6pV6Xbn9rMCpeTMaW831qxUJSjuED17Z98imdz1D6qlJhA_UTNfCCgayhMWCFxM9d/s320/paseo.jpg" width="320" /></a></div>
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Hay un extenso paseo, a lo largo del puerto, al que siempre he ido al caer la tarde, en primavera y los días buenos de invierno. Está casi al lado de mi casa, se podría decir que mi casa corta al paseo de manera trasversal y lo divide en dos mitades. La de la derecha bordea estrictamente el puerto, se ven muy cerca las gruas, de hecho, los días de levante se oye su chirrido. Es una mitad del paseo menos bonito pero muy práctico para caminar a paso ligero, para ir en bici y para patinar porque la calzada es muy amplia aunque no tiene sombra.<br />
<br />
La mitad del paseo de la izquierda sigue bordeando el puerto pero hace años hicieron jardines y es un camino sombreado. En un tramo, en el lado interno, se pasa junto a la tapia del viejo cementerio, pintada de verde oscuro. Más adelante, hay unas pistas de atletismo, un circuito de gimnasia para mayores, los restos de una fortificación de la Edad Media. Así que es un paseo más ameno que el otro, aunque algo más estrecho y hay que echarse siempre a un lado cuando sientes a la gente que corre respirar a la espalda. <br />
<br />
Ahora cuando salgo a las ocho tiro unos días hacia la derecha y otros hacia la izquierda del paseo y me hago la ilusión de que sigue igual. Que estan los mismos árboles, el carril bici medio despintado, el sonido tranquilizador del puerto, del tráfico que pasa lejos, los barcos de pesca que salen a faenar a esa hora. Y que es la misma gente de siempre, aunque apenas nos veamos la cara y nos crucemos con precaución y guardando la distancia, pero los mismos, con ganas de pasear, quemar grasas, airearnos, oler el mar, saludar de lejos, hacer casi lo de siempre. Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-26781958439850102652020-03-31T19:50:00.001+02:002020-03-31T19:50:13.378+02:00Los días que vendrán<br />
Hace un mes, en el puente de Andalucía me fui de viaje. Ahora recuerdo aquellos días como un sueño. Compruebo en las pocas fotos que hice que aquel viaje fue real y que conocí una de las ciudades más bonitas del mundo. Ahora pienso en ella así, a pesar de que en realidad es una ciudad caótica y algo decadente. Ahora la recuerdo bellísima, llena de sorpresas, ahora, parece tan lejano recuperar los días de viajes, de cervezas en una terraza, de tocarnos.<br />
<br />
Cada día me asomo siete u ocho veces a la azotea, un espacio que yo apenas pisaba antes. Las palomas han colonizado la calzada y andan algo despistadas, parecen que añoran a la gente. En el tejado de la casa vecina se posan las gaviotas y estos días chillan sin parar. No se si por el viento de levante o porque también echan de menos el tráfico y la bulla humana. Mis vecinas de enfrente se asoman en bata a su azotea y ya nos saludamos. Mi vecina de la izquierda sale menos y cuando lo hace, regaña a los transeuntes que van de dos en dos. Yo me hago la loca.<br />
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Me pregunto si cuando volvamos al trabajo será una mañana de abrazos y risas. Hago pequeños planes para ese día y los que vendrán. Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-71548374318356460412020-03-21T11:20:00.000+01:002020-03-21T11:20:26.229+01:00La semana diferenteAyer tuve la regla después de tres meses. Ha estado todo el invierno creyéndome una menopáusica feliz y ayer, primer día de primavera, justo antes de empezar a comer, tuve que salir corriendo al baño a cambiarme porque la sangre se me escurría loca de contenta. Una amiga me comentó en el video chat que quizás era por lo que estaba pasando.<br />
<br />
He estado todo el invierno sin pensar en escribir, con la cabeza en otras cosas. No pensaba volver a escribir hasta hoy mismo. Me desperté a las seis y leí <a href="https://elpais.com/cultura/2020/03/20/babelia/1584729446_793122.html" target="_blank">este artículo</a> y de ahí mi vuelta en esta semana diferente, al principio de la primavera, a la vuelta de mi menstruación.<br />
<br />
Hacer memoria de esta semana parece sencillo porque todo ha cambiado y a la vez poca cosa. Sigo levantándome temprano, me ducho y desayuno. Trabajo desde casa. Intento hacer el mismo trabajo, o adaptar el trabajo a la nueva situación. Ordeno la casa, preparo comidas, leo y veo series, paso el rato con mi hijo menor, jugamos al Trivial y al Uno, vemos Los Simpsons y combates de sumo en la tele. Lo mismo que hace dos semanas y el invierno que quedó atrás.<br />
<br />
Pero no. Es lo mismo y diferente y como todo el mundo ahora, me planteo nuevas estrategias para la incertidumbre. Nuevas rutinas. Ponerme una camiseta distinta cada día. Charlar a diario en los tres grupos de whassap que tengo, sólo tres, bendito sea. Contestar rápido, mandar mensajes de ánimo a mi amiga que está sola en su casa, a mis hermanas. Salir a la azotea, admirar el silencio de esta calle que siempre fue tan ruidosa. Añorar el ruido. Aplaudir a las ocho y saludar a los vecinos que pocas veces saludaba. Nuevos temores que se suman a los antiguos, intentar mantenerlos bajo control. <br />
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-84456002430250283902019-08-31T16:47:00.000+02:002019-08-31T16:47:41.525+02:00Algunos libros buenosDe memoria y sólo anotando los que me han gustado muchísimo a lo largo de dos años, estos son:<br />
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- <a href="https://www.elkraken.com/Esp/R-colina_watership-esp.html" target="_blank"><i>La colina de Watership</i>, de Richard Adams</a>: yo pensaba que iba a leer un cuento tierno sobre conejos y me encontré con luchas despiadadas por el territorio, trampas, persecuciones y hasta aprendí lo letales que son las patas de un conejo fuerte como Pelucón. <br />
<br />
. <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Expedici%C3%B3n_perdida_de_Franklin" target="_blank">El Terror</a></i>, de Dan Simmons: yo soy muy fan de las novelas de <i>Hyperion</i> pero en <i>El Terror</i> se impone la horrible historia real sobre los elementos fantásticos, que me emocionaron menos. La leí el verano pasado y aún así hubo pasajes que me dejaron literalemente muerta de frío y miedo. Resulta farragosa cuando Dan Simmons se para a describir las tremendas penurias de la expedición. El escorbuto, aún tengo pesadillas.<br />
<br />
. Me gustó sin esperarlo <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_vida_de_Pi" target="_blank">La vida de Pi</a></i>, de Yann Martel. Me esperaba un tostón lacrimógeno-místico y para nada. La película no tengo intención de verla.<br />
<br />
. Tuve la paciencia de leerme <i>La muerte del padre</i> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Ove_Knausg%C3%A5rd" target="_blank">Karl Ove</a> . Estuve atascada a la mitad -cuando se va a vivir con su primera mujer- y casi no la acabo. Ya en la segunda parte, cuando se pone a limpiar la casa del padre me embalé y la disfruté. Pero agota tanto que no creo pueda leerme la obra completa. Karl Ove, Karl Ove... qué paciencia.<br />
<br />
. <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carbono_alterado" target="_blank">Carbono modificado</a>, de Richard Morgan me pareció alucinante. Mezcla novela negra con distopía chunga que me pone loquísima. Esperando a que publiquen la segunda parte. La serie es una mierda.<br />
<br />
- Tenías unas ganas horrorosas de leer <a href="http://www.bibliopolis.org/resenas/rese0101.htm" target="_blank">El Libro del Día del Juicio Final</a>, de Connie Willis y por fin lo encontré en una librería de segunda mano. Pero me aburrió a ratos, sobre todo las partes que transcurren en el presente.<br />
<br />
. Me divertí mucho con <i>American Gods</i> de Neil Gaiman pero mejor aún ha sido leer <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Neverwhere_(novela)" target="_blank">Neverwhere</a></i>, que me recordaba a <i>Las Puertas de Anubis</i> y que tiene un personaje tan chulo como el Marqués de Carabás. (Y <i>El gato con botas</i> siempre fue uno de mis cuentos favoritos). <br />
<br />
. Es cierto que <i>Las Puertas de Anubis</i> dejan poso. Ahora estoy acabando <i>Esencia Oscura</i>, que mezcla las locuras fantásticas de Tim Powers con el asedio de Viena de Soleimán el Magnífico, los jenízaros y toda la pesca. Me resulta algo deslavazada y lenta a ratos, aunque me entran unas ganas tremendas de beber cerveza. Disfruté más con <a href="https://www.fabulantes.com/2014/10/en-costas-extranas-tim-powers/" target="_blank"><i>En costas extrañas</i></a>, que va de piratas, vudú y salen tipos tan flipantes como Barbanegra. Tengo que leerme todo Tim Powers porque es un autor increíble. <br />
<br />
. Poco a poco me voy leyendo todo Stephen King. Muchos relatos. La trilogía de <i>Mr Mercedes</i> (la mejor, la primera novela). Y sobre todo, sobre todo, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_Negra" target="_blank"><i>Casa Negra</i></a>, que es una continuación de <i>El Talismán</i>, pero mejor. Da mucho miedito, con personajes malos sin fantasía. Y unos moteros filósofos que son de esos personajes molones que se inventa Stephen King y por eso hay que reverenciarle.<br />
<br />
. Y estoy casi acabando la <i><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Saga_de_Geralt_de_Rivia" target="_blank">Saga de Geralt de Rivia</a>,</i> aunque haciendo trampas porque la empecé por la mitad. Yo pensaba que eran novelitas fantásticas del montón y resulta que el señor Sapkowski se inventó un mundo apabullante y cero ñoño. Hasta, glups, mejor que <i>Canción de Hielo y Fuego</i>.<br />
<br />
. A la espera y a la mitad tengo <i>Picnic extraterrestre</i>, pero es tan tan deprimente que no sé si la acabaré. Me pasó lo mismo con <i>2666 </i>de Bolaño, no consigo avanzar en la parte que transcurre en Ciudad Juárez.<br />
<br />
. Y acabo de empezar <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Botchan" target="_blank">Botchan</a> con muchisimas ganas. Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-11192206997723212682019-08-11T22:39:00.000+02:002019-08-11T22:39:35.068+02:00Mi identidadCada cierto tiempo tengo un conflicto con mi identidad; no le llamaremos crisis porque no me gusta el drama. Hay memes que hacen risa con la imagen que proyectamos a los demás, la que pensamos que somos y la que nos gustaría ser. Así ando yo, carne de meme con la identidad en tránsito.<br />
<br />
No he calculado cada cuánto ocurren, mis conflictos con la identidad, pero tengo la impresión de que no se percata nadie. Esa imagen con la que me ven los demás creo yo que permanece inalterada. Está claro que yo no voy contando estas paranoias a cualquiera.<br />
<br />
Me encantaba ese piropo que me han dicho en ocasiones: tía, eres auténtica. Pero qué cachondo que me lo dijeran ahora mismo. ¿Auténtica en qué sentido? ¿La auténtica de hace diez años? ¿La de los 90? Menudo timo de piropo. O menudo timo la presunta autenticidad mía de hace diez años. Folladora desprejuiciada, libertina y masoquista. Tenía tantos adjetivos y tenía tantas frases a componer. Tan fácil escribir y con tan escasos escrúpulos.<br />
<br />
Ahora sigo sin escrúpulos, qué coño, pero no me viene bien este estar acartonada, lacia, sin sangre y sin deseo. No fui a terapia ni hice indagaciones sobre mi astenia sexual, astenia absoluta. Pero no me autocompadezco, lo cual está de puta madre. Ahí sí que sigo siendo auténtica.<br />
<br />
<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-54435003922712170562019-03-14T12:51:00.002+01:002019-03-14T12:51:34.127+01:00La fiesta de M.Primero vino la sorpresa y luego la fiesta. La sorpresa fuimos nosotras porque la fiesta la tenía M. perfectamente planificada. Ella, que parece llevar una vida caótica, en realidad calcula y planea hasta la obsesión. Es tremenda y a veces me asusta porque es más chica que yo y sin embargo no suele dejar nada -casi nada- a la improvisación.<br />
<br />
Así que lloró a todo trapo cuando nos vio porque tenía su fiesta planificada pero no a nosotras. Y a ella las sorpresas buenas le provocan llanto porque es extremadamente sensible. Hasta más que yo.<br />
<br />
La fiesta fue una pasada por la gente que vino. Unas cuarenta personas que ella había escogido con cuidado porque representan las etapas que ha ido viviendo y ella vive con pasión. Así que por el camino se le ha quemado mucha gente y en la fiesta estaban los que <strike>se supone</strike> que de verdad la quieren.<br />
<br />
Yo apenas conocía a nadie pero en vez de agobiarme aquello me dio una energía muy chula. Era gente a la que probablemente no vuelva a ver en mi puñetera vida y di conversación a aquellos que me entraban por el ojo de primeras. De los cuarenta, dejé sin saludar a dos que me cayeron mal nada más entrar por la puerta e <i>ipso facto</i> les eché la cruz. Con el resto fui charlando a ratos, a muchos les confesé que era como si les conociera de toda la vida porque M. habla mucho de sus amigos, y de manera apasionada siempre. Así que en general me resultó muy fácil la conversación y hasta de algunos me despedí como si ya fueran amigos del alma míos, también.<br />
<br />
También hubo ratos en los que estuve sin nadie con quien charlar pero mantuve el ánimo. Puede que sea la gran ventaja de ser una señora de cincuenta, que ya empieza una a estar por encima del bien y del mal. Lo de <i>señora </i>se lo copié a una de las invitadas. Decía que le encanta ser una señora y que se dirijan a ella así y qué coño, la admiré un rato por elegante y glamurosa.<br />
<br />
También envidié un rato a M. porque está haciendo las cosas que yo siempre quise hacer y nunca fui capaz. Lo que pasa es que ya la envidio sin que me duela.<br />
<br />
No tengo ni una foto de la fiesta porque apenas se hicieron. La gente se dedicó a charlar, a comer y beber y a ratos a fumar en la calle, pero pocas fotos y sólo al final, antes de irnos y yo pude no colarme en ninguna. Así que las caras de esa gente las tengo ya olvidadas, pero no me importa.<br />
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Y lo mejor de todo, eso que parece estar identificando a mi madurez, es que no me encoñé de nadie, con la de gente sexy, atractiva y de putísima madre que se reunió allí. Yo, que en cada fiesta y reunión a la que he asistido he sufrido de amor, considero un regalo no ponerme cachonda ni un momento. A la mañana siguiente lo único que me dolía era la cabeza por haber dormido poco y me sentía triste porque a M. no la volveré a ver hasta dentro de muchos meses. Pero a eso ya me he acostumbrado.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-36925582363693711692018-12-22T13:16:00.000+01:002018-12-22T16:05:13.200+01:00Hoy renace la alboradaAyer fuimos al concierto de Navidad de cada año. Es un ritual que maravillosamente se repite y con el que me siento por fin navideña. Estos días atrás me daban un poco igual las fiestas. Ni en la comida del trabajo, ni en los paseos por el centro para ver las luces, ni comprando regalos con los villancicos machacones del centro comercial me sentía bien.<br />
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El concierto de Navidad, sin embargo, remueve mis emociones y me entra la llorera navideña que también me sale cuando los niños cantan un premio de la lotería por la tele. Me da un poco de vergüenza ser tan llorona, excepto cuando voy al concierto, en la iglesia de siempre, con los viejos villancicos de toda la vida.<br />
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Así que esta noche he dormido bastante bien y creo que no he tenido las habituales pesadillas del primer sueño. Esta mañana fui al Mercadona y me encontré a un viejo amigo que estuvo bastante pachucho hace meses y le di un abrazo con ganas. Hablamos de los niños y de lo bien que se pasan las Navidades en el campo y con chándal. Después, en casa, solté la compra y me puse a limpiar la puerta de la calle. Yo no soy una maniática de la limpieza, ni mucho menos, y llevaba una temporada sin darle un limpiado. En esas estaba cuando pasa por mi puerta Paco con su madre. Mi querido queridísimo Paco que me encuentro Navidad sí, Navidad no. Otro ritual de finales de diciembre.<br />
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La suerte fue que me lo encontré cuando acababa de llegar de la calle y aún no me había colocado las chanclas y la ropa cómoda de estar en casa. El sigue tan guapo y carismático como siempre, joder, con esa voz profunda que me gusta tanto. Me pilló tan navideña y tan feliz que le charlé de mil cosas y no le dejé casi ni hablar. Y sentí una gran satisfacción de disfrutar de ese encuentro casual sin necesidad de demostrar nada.<br />
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Todo son ventajas cuando ya no se desea.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-29011501351192010822018-12-18T23:57:00.000+01:002018-12-18T23:57:58.833+01:00En la sala común Como ya no tengo despacho, en algunas horas del día trabajo en la sala común. Estuve ocho años casi sin aparecer por ella, manías mías sin razón. Ahora disfruto en esa sala atestada de papeles, con portátiles de segunda mano, donde no hay sitio para poner el bolso y mucho menos colgar el abrigo.<br />
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Antes, hace un año, yo tenía todo un perchero para mi y hasta una estufa ( aquí no tenemos calefacción central ). Tenía impresora y un sillón bastante cómodo. Ahora en la sala común hay que achucharse para desayunar. Trabajamos y nos disculpamos si ocupamos media mesa con los papeles. Bromeamos, cotilleamos, hablamos de todo un poco mientras trabajamos. De las cosas que pasan, de los chavales, de viajes, de proyectos, de lo mal que está todo (aunque yo me empeñe en decir que no tan mal).<br />
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La gente trae pasteles para celebrar santos y cumpleaños. Y estos días andamos con el amigo invisible. Que ya no me provoca ansiedad. Se hacen listas para ir a comer y para dar dinero para regalos de boda o de nacimiento. Se comentan peinados, zapatos, se felicita por lo delgada o lo bien que queda una prenda o por ir de guapo subido.<br />
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No es que sea todo idílico. También hay movidas y gente gilipollas. Hasta eso, ahora, lo disfruto.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-84709725869771907072018-11-10T13:49:00.000+01:002018-11-10T13:49:05.572+01:00Maldita asexualUno de los motivos por los que apenas escribo es que me he vuelto una asexual de mierda y yo para escribir tengo que tener el coño húmedo. Y ya ni eso.<br />
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Acabo de masturbarme después de eones sin hacerlo. No tenía unas ganas locas, la verdad, pero se me había metido la idea fija en la cabeza. Marsturbarme, masturbarme, desde ayer y detesto tener ideas fijas y no ponerme a ello. Me pasa lo mismo con alguna tarea pendiente del trabajo, con una receta de comida nueva o ahora mismo, con esta entrada del blog. Así que con un mínimo ardor genital he usado una bala vibradora y me he corrido en un minuto. Ha sido muy mierder. Ni me ha dado tiempo a fantasear con algo guarrillo, ha sido un orgasmo totalmente higiénico y frío, con lo que yo he sido, joder.<br />
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La bala vibradora es tremendamente eficaz y debería tirarla a la basura por aburrida pero es que el sexo me da una pereza tan tan enorme ahora. Con la bala voy a lo que voy, se me quita la fijación y ya me puedo poner a otras cosas. Muy triste todo.<br />
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He mirado teléfonos para ir a terapia. Debería ir a terapia porque ser ahora una asexual de mierda me hace sentir una aberración de persona. No me excito, no fantaseo, soy una especie de espíritu angelical. Debería ir a terapia y contarle al sexólogo de turno mis idas de olla pero es que en el fondo estar asexual es del carajo.<br />
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No me he vuelto una amargada poco folladora, lo juro. Supongo que tengo alguna hormona tan a cero que mis niveles de agresividad se han reducido mucho y casi nunca me cabreo. Tampoco me encoño con cada hombre guapo que se me acerca -tengo un compañero nuevo que me gusta pero no me encoño nada , nada con él y eso me relaja una barbaridad. Soy capaz de charlar y charlar con él sin un mínimo de pensamientos obscenos.<br />
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Así que voy dilatando la cita de terapia para ver si puedo volver al tajo y ser la que he sido porque tampoco esty tan mal ni tengo depresión ni ansiedad por lo que si me veo en terapia no se bien cómo plantearle al sexólogo lo que me pasa. Que tengo la líbido a menos cinco grados pero que no me afecta aunque si que echo de menos ser como era antes. Supongo que le diría eso. Pero no quiero que me venga con recomendaciones del Cosmopolitan. Eso de ir dejando que el deseo venga a mi poco a poco y las velas, los masajes y esas birrias. Si me lo aconseja, no vuelvo. <br />
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Supongo que iré, echo de menos los subidones de lujuria y los orgasmos largos. Y cuando vaya lo contaré aquí. Joder, eso si me hace ilusión. Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-54500065686450430462018-08-28T14:20:00.000+02:002018-08-28T14:20:55.366+02:00Ejercicios contra la nostalgia. Creo que agosto me pone más nerviosa que septiembre. Llevo casi desde mediados de agosto ejercitándome contra las despedidas que pronto llegarán (y las que aún tardarán años, pero yo soy así). Y ahora, a las puertas del cambio de mes, me siento más reconfortada que hace una semana. Claro que también la semana pasada coincidió con mi premenstruación que siempre me pone tan depresiva. Yo pensaba que la señora Menopausia ya había llamado a mi puerta y no.<br />
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Apuro los paseos por la playa de cada tarde y me demoro en remojarme los pies en la marea baja. Estos días, que hay levante, el agua está extrañamente templada y no me gusta. Hubo unos días de medusas, pero M. los disfrutó igualmente con su red. Paseamos hasta la desembocadura del Palmones y nos entretenemos mirando a los canis con sus motos de agua; jodida Bahía. Hay barcos de todo pelaje, a veces asoma una patrullera de Aduanas, pesqueros que echan el copo y los domingos atracan frente a la playa dos o tres yates que se creen en Sotogrande y no.<br />
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Mi madre suelta de vez en cuando las frases que le tengo prohibidas pero como es mayor nunca se acuerda de la prohibición. Son las frases del rango "nostálgico" que me obligo a rechazar. Crecí con mis padres repitiéndome esas frases cada finales de verano, cada finales de vacaciones de navidad y casi cada domingo de invierno y conozco muy bien los dañinas que son. Por eso alecciono a mi madre para que no las diga nunca (pero no me hace caso porque lo olvida).<br />
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Además de las frases, me he prohibido hacer fotos. Acepto las dos o tres inevitables que me pasan por whassap pero de mi mano no hay nada. Tampoco reviso las fotos de los álbumes y estoy por quitar de enmedio las pocas fotos que tengo enmarcadas. Son tan pocas que no se si alguien se dará cuenta porque además, es requisito imprescindible en estos ejercicios míos antinostalgia el llamar poco la atención. Para que nadie se me ría.<br />
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Lo mío tiene nombre. Eso del "nido vacío". Le tengo un miedo atroz y llevo meses entrenándome para enfrentarme y salir más o menos airosa. Soy bastante debilucha.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-75726060276312797972018-06-29T23:47:00.000+02:002018-06-29T23:47:23.500+02:00DespachoHoy cerré mi despacho por última vez. A partir del lunes será el despacho de otro y yo volveré a no tener el espacio propio que tanto daño me hace.<br />
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Al nuevo ocupante le he dejado la mesa ordenada, he archivado múltiples documentos esta semana y he tirado papeles viejos. He trasladado mis libros y carpetas a otro lugar y he quitado del corcho el poema de Kavafis que todo el mundo conoce y el autorretrato de Vigee-Lebrun con su hija que me reconforta siempre.<br />
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Vacié los cajones de mis cosas personales, pocas cosas, unos auriculares, chicles de menta, palitos de incienso que me regaló mi última amiga invisible.<br />
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También he ordenado las carpetas del ordenador que probablemente no vuelva a usar. Las he repartido pulcramente por el escritorio y he mandado a la papelera de reciclaje muchos archivos que se aburrían en la carpeta de descargas. Incluso recordé cerrar la sesión de Google.<br />
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Ahora entras a ese despacho y compruebas que no he dejado ni rastro tras los siete años que pasé allí y que se ha quedado un espacio limpio, anodino e impersonal. Me he empleado a fondo para borrar.y olvidar esos siete años de mierda.<br />
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-18031700383564810882018-05-27T01:28:00.000+02:002018-05-27T01:28:38.027+02:00Mi viaje normalHace un mes fui a Tenerife por motivos de trabajo pero qué coño, también a intentar pasarlo bien. Fui con dos compañeras que son buena gente y me gustan pero tengo poca confianza con ellas. Yo, cuando tengo poca confianza, que suele ser habitual, me vuelvo súper insegura y dependiente.<br />
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Mis compañeras de viaje salieron dos tardes a la busca del souvenir y del detalle para la familia. Era previsible y ya contaba con ello. Yo detesto ir a la caza del souvenir y del detalle pero acabé comprando cuatro mierdas para la familia por miedo a que pensaran que soy una avarienta. Al final, en casa, se burlaron de mi por caer en la trampa del souvenir desfasado.<br />
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También me compré un rímel de marca, porque ellas se lo compraron y me dio corte, aunque es algo mierdoso y me deja pelotones en las pestañas ( quizás yo no sepa ponérmelo). Casi me compro un perfume pijo y viví un rato de apuro en la perfumería. El dependiente era un caballero sabio que dominaba el ramo de los aromas y agitaba los frascos con donaire. Un maestro de las ventas a señoras turistas. Me miraba como pensando “vaya agarrada”. Los perfumes olían bien, eran, claro, de marca, y no los compré por orgullo.<br />
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Lo peor del viaje fue el Loro Parque. Como era cosa del trabajo no podía negarme a ir y también vi los espectáculos de la orca, los delfines, toda esa galería de horrores. Podía haberme quedado fuera pero no quise dar el cante; me senté junto a mi compañera que aplaudía como loca y me miraba raro porque yo me resistí todo el rato a dar aplausos y ponía mi careto compungido. Son espectáculos tristes: los delfines saludan de mentira, la orca habla con el público de mentira, los loros apagan un fuego de mentira y todo es delirio.<br />
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Pero es miserable poner aquí solo lo malo cuando solo dos cosas fueron malas: los souvenires y el Loro Parque. Y debería contar que las tres encajamos y era la primera vez que pasábamos tanto tiempo juntas.<br />
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Encajamos y así pudimos hacer aquellas bromas a costa del guía y reírnos cuando nos timó con el áloe vera, gritar como locas felices en todos los toboganes del Siam Park, comer a reventar, tomar helados, bailar salsa, chismorrear, hacernos fotos, un viaje normal.<br />
<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-75765262986179022312018-05-21T17:08:00.003+02:002018-05-21T17:08:30.584+02:00UrgenciaLlevo muy bien domadas las urgencias no urgentes. Por ejemplo, los viajes en verano. Yo haría mi viaje en otra estación pero las vacaciones son en agosto sí o si, por lo que no me queda más remedio que ponerme a viajar en ese mes. Pero planificar desde febrero, como la mayoría de la gente que conozco hace... O incluso desde antes de Navidad. Planificar con tanta antelación va contra mis principios. Pero la gente ve urgencia donde no la hay. Por sacarse vuelos baratos y chollos en los que yo nunca pienso.<br />
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Es que además ni siquiera sé si me iré de viaje este verano.<br />
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Pero estos días la urgencia no urgente que peor llevo son los estudios de mi hijo, que ya acaba Bachillerato. Gente que veo, gente que me pregunta que qué va a estudiar el niño. Y ya no sé qué responder para no parecer borde. O ida.<br />
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Así que me lo cuento aquí y me quedo tranquila.<br />
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Él va a cumplir dieciocho. No sé por qué no se lo preguntan a él. Aunque temo muchísimo que se vaya y sé que mi síndrome de nido vacío será de aúpa, tengo claro que así debe ser. Y él chaval debe elegir. O esperar si aún no tiene claro qué elegir. Pero me preguntan a mi y no sé cómo responder que el tiempo de decidir por él ya casi acabó.<br />
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Es jodido tomar una decisión que implica toda una vida futura en un plazo tan breve y sobre todo, con la mayoría de edad recién cumplida. A qué ciudad se irá a estudiar. Sobre todo, qué estudiará. Él no debería tomar una decisión movido por la urgencia y por lo que "todos sus compañeros hacen"<br />
<br />
Sobre todo, son muy jodidos los años de Bachillerato. Sé que gran parte de lo que él ha aprendido durante sus años de Instituto ha sido por lecturas y vivencias personales (no por unos planes de estudio a menudo absurdos) y jode muchísimo que en este segundo año le hayan preparado (y a todos sus compañeros) para una estúpida prueba de Selectividad en la que cuentan decenas de datos memorizados para obtener porcentajes y notas de corte. Y no cuenta madurez, ni autonomía, ni capacidad de tomar decisiones o de aprender por uno mismo. <br />
<br />
Hemos hablado, él y yo, de que no hay necesidad de precipitarse. De reflexionar bien. de tomarse un año sabático y quizás viajar, hacer un voluntariado, sacarse incluso el carnet de conducir. de pensarlo bien, hacer otras cosas diferentes al estudio y la memoria, otras experiencias.<br />
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Pero tampoco quiero influir demasiado. Ni quiero correr. Quizás lo que ocurre es que tengo mucho miedo de cómo corre el tiempo.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-22346889483391053552018-02-28T16:14:00.001+01:002018-03-02T16:50:57.215+01:00Swinger antisocial Lei <i>Código swinger</i> y se me quitaron las ganas del rollo. Mis vivencias swinger, antes de leer este libro, se han limitado a dos clubes y poca chicha. El primer club era fantabuloso. Un hotel rodeado de sierras, jardines, piscina sobre un barranco, un sitio idílico. Mantenerlo costaba una pasta y no estuvo mucho tiempo abierto. El otro club también cerró. Yo tengo mi teoría sobre el cierre que no expondré aquí. Es una teoría conspirativa y explicarla me da vergüenza. Era un chalet en zona periurbana en la típica urbanización de chalets, muy discreto. Entrabas por la puerta y parecía que ibas a visitar a unos amigos adinerados.<br />
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En el hotel swinger me bañé desnuda en la piscina y poco más. En la fiesta llevé unos tacones que no me he vuelto a poner. Con ellos caminaba como un pato. Eran absurdos. Me costó muchísimo charlar con las parejas. No conocía a nadie y no encontraba ni temas ni bromas ni mierdas que compartir. Estaba perfumada, maquillada, ceñida y taconeada y yo lo que quería era meterme en una de las camas gigantes y jugar pero los cuartos de las camas estuvieron horas vacíos y en el jardín la gente bebía, fumaba y socializaba que te cagas. Yo, a las cuatro de la madrugada estaba hasta el coño de fumar, beber y socializar.<br />
<br />
En el chalet swinger se celebró una fiesta con dress code blanco. Me costó la misma vida encontrar un vestido blanco que me gustara y que me diera seguridad. Aquella fiesta si que fue un descoque y por fin me pude quitar el recuerdo de la fiesta rollazo anterior. A una hora prudencial, las dos de la madrugada, ya había folleteo en casi cualquier sitio. La piscina, el jacuzzi y las camas gigantes, por fin, joder. No socialicé gran cosa, aunque me reí con una chavala a cuenta de un cateto que cogía culos sin pedir permiso. Se notaba que estaba en mi tierra y había cachondeito (y catetos). A mi el sexo me gusta si hay cachondeito y lo trascendente me la suda.<br />
<br />
Lo malo del libro <i>Código swinger</i> es que está escrito en plan broma pero sin gracia y sin cachondeito. A mi me ha quitado, por el momento, las ganas de ir a más clubes. El libro te da consejos y a la vez te cuenta la historia de una pareja que es muy estúpida y muy malage. Yo entiendo que el autor tiene la buena intención de abrir los ojos a los novatos como yo, que conozcamos la teoría del mundillo y no nos hagamos grandes ilusiones. Yo, con mis dos aventurillas, ya tengo muy claro el pie del que cojeo y este libro ya me lo ha confirmado: hay que ser sociable, hay que gastar tiempo y energía en conocer y entablar amistades y jijijaja y yo tengo ahora mismo una pereza social muy alta.<br />
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Yo, la verdad, lo que haría con gusto es meterme en un club a follar y lo que se tercie, directamente y sin hacer amistades, lo cual no es, al parecer, muy del código. Pero cualquiera lo va publicando. Ya tengo mi fama de bruta y no es plan de hundirme más.<br />
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-18920993958140010582018-02-23T16:10:00.000+01:002018-03-02T16:45:54.799+01:00Una fiestaEl verano pasado decidimos, mi amiga AB y yo, celebrar juntas nuestro cincuenta cumpleaños. Días antes de la fiesta fuimos al Carrefour y nos vinimos arriba con la compra. Cervezas, fantas, ginebra para gin tónics -ginebra de la normal, no pijadas rosas- y vinos ecológicos. Yo me empeñé en vinos ecológicos porque estaba atravesando esos días una fase “desarrollo sostenible”.<br />
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Sobraron todas las cervezas y las fantas. La ginebra no se abrió y la tengo todavía sin abrir. Los invitados trajeron vino del normal y creo que sobraron algunas botellas del ecológico.<br />
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Aún así, creo que la fiesta fue un éxito. Al menos mi amiga nunca me dijo lo contrario.<br />
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Creo que yo soñaba con celebrar mis cincuenta años con algo más de desfase. Es lo malo de los mitos con los cambios de decenio. No hubo desfase, un par de invitados medio borrachos y un conato de conversación picante que no cuajó. Eso fue todo aunque yo me acosté esa noche feliz y con la sensación del deber cumplido.<br />
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La fiesta se celebró dos días antes de mi cumpleaños real y casi un mes después del de AB. Ella estaba espléndida, con los cincuenta años y veintiséis días. También llegó espléndida la invitada sorpresa que fue A., ahora con su pelo moreno natural - y creo que un año mayor que yo- y ni una cana a la vista. Ella fue una de las que empinó el codo desde que entró por mi puerta. Vino del ecológico y del normal, que no le hace asco a nada. A media tarde estaba piripi y ya iba diciendo que yo era su fantasía sexual. Lástima que me lo contaron al día siguiente.<br />
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A. no fue la invitada estrella, sin embargo. El honor correspondió a J.J., aquel primer novio de AB, al que invitamos un mes antes. Cuando J.J. entró en mi cocina el mundo se paró. Yo ya llevaba un amontillado como mínimo y juro que se paró el mundo. O yo lo paré. Nos dimos dos buenos abrazos y parecía que el tiempo no había pasado aunque lleváramos años sin vernos; o al menos sin vernos con tiempo por delante. Era curioso verlo departir con la gente, él que es de los tímidos atrevidos, y fue un poquito rey de la fiesta cuando mi hermana le contó esa historia que ya es leyenda entre mis amigas y sólo él desconocía, aunque era el protagonista. También hubo tiempo de recordarle que muchas de nosotras estuvimos enamoradas de él. Creo que se fue para su casa feliz como un rucho y esa noche se tuvo que hartar de follar.<br />
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Comimos mucho y cantamos karaoke. Fue una fiesta de tranqui, con un par de niños pequeños, varios adolescentes y muchos bebedores de vino y nostálgicos de la “chica de ayer”. No hubo desfase, mi otra hermana comenzó a describir una práctica sexual algo exótica y se formó un mini corrillo de risitas que dio poco de sí; nadie aportó sugerencias ni se hicieron preguntas osadas. La gente se fue yendo poco a poco, J.J. de los primeros y A. de las últimas y al final nos quedamos cuatro gatos con un barreño lleno de cervezas y hielo y media empanada de verduras. Había estado bien. Me faltaban dos días para los cincuenta y seguía sin notar nada especial.<br />
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-88215913270081891532017-04-22T17:49:00.001+02:002017-04-22T17:51:50.259+02:00El cajón de las bragasEstuve ordenando el cajón de las bragas. Yo lo llamo así y más gente también; queda super cursi llamarlo "cajón de la ropa interior" aunque realmente lo sea. En mi cajón de las bragas también guardo los sujetadores y los calcetines. En invierno pongo los calcetines gordos y en primavera los voy cambiando por los bikinis. Calcetines gordos y bikinis viajan así cada cambio de estación de un cajón a otro, de mi cuarto al cuarto de los trastos.<br />
<br />
Ordenar un cajón de las bragas consiste en tirar las bragas muy viejas. Sólo las extremadamente viejas, que tienen algún agujerito y han cedido en el elástico. Mis bragas son siempre de algodón, la mayoría blancas, y las viejas, pero no mucho, son las mejores para andar por casa. Suaves y cómodas. Las de algodón más nuevas son para la calle, no es plan de salir a la calle con bragas viejas. Las he ordenado y he hecho sitio para las que pronto me compre.<br />
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También he tirado calcetines, y he desterrado los gordos al otro cuarto. Espero no tener que volver a verlos en mucho tiempo. No hablemos de calcetines.<br />
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Y mis sujetadores: tampoco soy muy fan y en cuanto llego a casa me lo quito y a la mierda. He revisado los que tengo y no he tirado ninguno, están más o menos pasables la mayoría y uno sin estrenar.<br />
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Ordenar el cajón de las bragas me sirve para fantasear también un poco: mi ropa interior bonita la pongo en una esquina, primorosamente doblada y con una pastilla de jabón en medio. Tengo monadas en negro, en rosa, en azul, no muchas. yo soy de reservar las monadas para ocasiones especiales y en verano. Soy una perezosa para la lencería mona, nunca aprenderé.<br />
<br />
Yo fantaseo con mi ropa interior bonita y mientras la ordeno tengo hasta tiempo para añorar. Tengo un conjunto burdeos que me puse sólo una vez, hace eones, cuando era una jovencilla hambrienta. Lo guardo en el fondo, siempre en el mismo lugar, lo desdoblo, lo huelo (huele a jabón), lo vuelvo a doblar acordándome de aquella tarde. Tengo un conjunto rosa que me puse sólo dos veces, cuando era una adulta hambrienta. Me lo pruebo y compruebo que me sigue quedando bien y confío en volver a tener hambre. Ordenar mi cajón de las bragas siempre me llena de esperanza.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-42669480495705458612017-04-10T16:29:00.001+02:002017-04-10T16:29:17.667+02:00Ética promiscua, divorcios y sororidad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_gy4zrJ-fUeb8uiaAuoj6GFGF4dDUNA9viHPy4F3j8jXIPUuy3BfRMdqIaCZLeIsGsF60U5z72vUeqJpSahHVEGfrEWjW4cZKmZVwPExV6QWcuJyBODQQ8PJKXQd5ceh0BIRlc-O1lSGg/s1600/17103627_10154967638879070_5640593979734231594_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_gy4zrJ-fUeb8uiaAuoj6GFGF4dDUNA9viHPy4F3j8jXIPUuy3BfRMdqIaCZLeIsGsF60U5z72vUeqJpSahHVEGfrEWjW4cZKmZVwPExV6QWcuJyBODQQ8PJKXQd5ceh0BIRlc-O1lSGg/s320/17103627_10154967638879070_5640593979734231594_n.jpg" width="176" /></a></div>
<br />
Una compañera lloraba a mares en el trabajo. Su marido le decía por whassap que quería el divorcio y luego la había bloqueado. ¡Por whassap! El tipo andaba a unos mil kilómetros de ella y al parecer era la razón principal que esgrimía para divorciarse. Mi compañera lloraba con pena honda pero no se si porque le sigue queriendo o por la humillación. Ella es muy suya y yo no tengo mucha confianza.<br />
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Lo bueno es que el resto de mujeres del trabajo nos hemos dedicado a levantarle el ánimo, ensalzando las virtudes de estar sola mejor que mal acompañada, las infinitas posibilidades del Tinder ( o mejor aún, de Tarifa ahora que llega el verano) y que ella es tela de guapa y lo vale. Ahora, en vacaciones, se ha ido con otra compañera que no tiene pareja a uno de esos viajes de ensueño que han improvisado en dos días. Sororidad que se llama (primera vez que uso esta palabra, no es bonita pero lo que significa, sí que lo es).<br />
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La mitad del núcleo duro de mis amigas se divorció. Dos tienen nuevas parejas y que yo sepa andan muy enamorados. Las otras dos están sin pareja; una dice que feliz y la otra con ganas de encontrar. Yo conozco a todos sus ex. Uno es un encanto pero muy egoísta. Otro es también egoísta pero capullo, aunque no malo. Los otros dos son unos mierdas. Me alegré de cada divorcio porque mis amigas no eran felices. También hubo apoyo y consuelo en aquellos días de separación, algunas más traumáticas que otras.<br />
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Le habría hablado a mi compañera de trabajo recién divorciada de <i>Ética promiscua</i>, pero no hay confianza. A mis amigas aún no les conté porque no nos vemos ni a tiros. <i>Ética promiscua</i> viene fenomenal para relativizar las dependencias amorosas y al AMOR en sí. El planteamiento que propone en cuanto a relaciones sexuales, afectivas y amorosas es difícil de digerir para cierta gente. Incluso, en este Sur provinciano donde me muevo yo y mis amigas, resultaría complicado (creo) encontrar gente dispuesta a este concepto abierto y valiente del amor. Yo ya lo tengo por bandera y sólo me falta público para hacer proselitismo, lo cual no es fácil: cada vez me siento más tímida y este Sur es cada vez más rancio.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-3920919816162032352017-02-15T17:33:00.001+01:002017-02-15T17:33:20.703+01:00Eventos absurdos: reuniones de ex-compañeras de colegioMe llamó mi amiga A. contándome que se está organizando un encuentro de ex-compañeras del colegio. Como todas estamos cumpliendo 50 años, supongo que será por eso, celebrar una catársis colectiva. Yo me lo veía venir porque son eventos que están de moda y mi amiga ya sabe que yo los aborrezco. Pero no se si por ingenua o por tentarme, me llamó para convencerme de que me uniera al grupo de whatssap. "Las chicas del (nombre de nuestro cole)" se llama. Un horror, un horror, un horror.<br />
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Mi amiga me insistió más de la cuenta, terminé medio cabreada con ella aunque no se lo dije. Ella siempre ha sido más sociable y guarda mejores recuerdos del cole. Hasta conserva amigas, cosas que yo no. Yo sólo la conservo a ella. Me dijo que vale, que seguía traumatizada con la época del colegio y eso fue lo que me cabreó. ¿Es un síntoma de seguir traumatizada el guardar rencor a algunas ex-compañeras? Sea lo que sea, tenga yo o no tenga trauma, no es esa la razón de mi negativa a no participar del evento.<br />
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El caso es que me parece un invento absurdo, contactar con gente de hace cuarenta años que ni me va ni me viene. Quizás reunirme a tomar una cerveza con tres o cuatro, vale. Recuerdo con agrado a sólo tres o cuatro. Pero al resto que le den. A unas por inanes. Niñas con las que apenas hablaba, de las que apenas recuerdo la cara, que ni jugaban ni se sentaban conmigo, que no dejaron recuerdo. No tengo energía para ellas.<br />
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Y las otras, a esas que guardo rencor (quizás sigo traumatizada) por ser gente mala. Niñas que insultaban, se burlaban en clase de gimnasia, te miraban con risitas, cosas así que hoy los padres no aguantan y hace cuarenta años soportábamos a duras penas. Ni mucho menos tengo energías para verlas. Me hicieron daño y no sólo a mi, también hacían daño a A. y a otras niñas tímidas y/o feuchas. Quizás si aceptara participar del encuentro de ex-compañeras y me las encontrara les diría unas cuantas verdades que a estas alturas, la verdad, para qué, qué necesidad.<br />
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No me apetece participar de un grupo de whassap para reírme de las que ahora están gordas y envejecidas y fueron en octavo las reinas de la belleza (quizás tampoco guarde tanto rencor). Tampoco me apetece cotillear en sus vidas, ni escudriñar sus fotos ni comprobar que sus trabajos son muchos más aburridos y tristes que el mío. No deseo saber si se divorciaron, enterarme de lo mal que llevan la adolescencia de sus hijos, enterarme de sus vidas mediocres o aburridas y complacerme de ello.<br />
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Mi amiga A. no entendió mis razones y me enfadé un poco. Pero bueno, son cosas que se perdonan a las amigas.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-72021366887567638622017-02-06T19:25:00.001+01:002017-02-06T19:25:34.182+01:00Yo fui una Barb (adolescente)<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbM0G3wCB67mB2S6I4geoqd0b2ga5eQpnUm59U4sKHsGXB_wB37BiO-7gPz2EvxU5k8yMw95nf84Wl4uC-oAeu7OZb6OBK1v2BWnntoa-h0djnRwkCgC_biIqskfK__OoJzKPiIGD2XNXi/s1600/barb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbM0G3wCB67mB2S6I4geoqd0b2ga5eQpnUm59U4sKHsGXB_wB37BiO-7gPz2EvxU5k8yMw95nf84Wl4uC-oAeu7OZb6OBK1v2BWnntoa-h0djnRwkCgC_biIqskfK__OoJzKPiIGD2XNXi/s320/barb.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Barb con la gente que molaba en los ochenta</td></tr>
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Este verano todo el mundo adoraba a Barb. Yo, que siempre llego tarde a las series de moda, acabo de descubrirla, a Barb (y a <i>Stranger Things</i>) y me quedo flipada al descubrir que Barb levanta pasiones. No pasiones de amor sino apasionadas defensas. Lo bien que me habrían venido a mi a los dieciséis.<br />
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Descubrí a Barb y me moría por escribir que fui clavada a ella. Tengo una foto (solo guardo una) que lo corrobora. Tuve ese mismo corte de pelo, pero sin rizos. Yo tenía un jersey casi idéntico al que lleva arriba, el mío color rosa fuerte, que quería ponerme casi a diario. No tenía tanto culo ni muslos tan gruesos pero era igual de grandullona, de esas que en clase de gimnasia (no Educación Física en los ochenta, por favor) nos ponían atrás en la fila. ¿Conté aquí que me seleccionaron para balonmano, a pesar de lo pava que siempre fui, por ser grandona y hacer tanto bulto?<br />
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Y las gafas. ¿Por qué, por dios bendito, nadie me dijo nunca lo feas que eran aquellas gafotas? Gafas cuadradas. Gafas que a nadie sentarían bien nunca jamás y que yo me compré en pleno uso de facultades, la primera vez que fui a la óptica y después de comprobar que las gafitas redondas de tipo John Lennon me quedaban aún peor. Las gafas que lleva Barb en la serie son idénticas a las que yo llevé en BUP. Mismas gafas, mismo corte de pelo atroz.<br />
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Lo buena gente que es Barb: eso es lo que hace adorarla porque al parecer éramos miles así, en los ochenta, las responsables, estudiosas, sosas y pelín aguafiestas pero que si había que dar el callo, se daba, aunque nos saliera de culo. Reverencio esa escena en que Barb intenta hacerse la chula con la lata de cerveza. Todas las Barbs de este mundo hemos intentado hacernos la chula y hemos fracasado en el intento. Íbamos a las fiestas con una angustia vital de la muerte, esperanzadas de encontrar el AMOR, sabiendo que habría gente borracha y yo para nada, sabiendo que las chicas guapas (y delgadas) se darían el lote; Barbs calientes sin que se notara; Barbs cachondamente reprimidas de tan juiciosas. Yo no conozco a ninguna que fuera Barb aparte de mi, pero al parecer fuimos legión.<br />
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Lo que tiene la gente que no molaba en los ochenta: ahora todos nos aman.<br />
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<br />Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-40069939706731590852017-02-01T17:11:00.001+01:002017-02-01T17:11:58.395+01:00Desde la barra del barTeníamos la esquina de la barra del bar de la Facultad, era sólo nuestra, ay de los intrusos que se entrometieran por ella. No se quién fue el primero. El primero se hizo con la esquina antes de que yo llegara. Tampoco recuerdo cómo me hice hueco pero sí se quién me lo hizo. Me hicieron hueco y yo se lo hice a dos o tres más. Antes de acabar el trimestre éramos una pandilla alegre y borrachina que reinaba no sólo en la barra sino en el bar entero. Hasta la época de los exámenes. Entonces el grupo se reducía a dos. Uno ya se murió.<div>
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Algunos años más tarde, colonizamos otra barra, cuando yo salía del trabajo. Eran los años de mi turno de tarde y salía a las diez. Los viernes, algún jueves, cenábamos en aquel bar, en el mismo lado de la barra y nos alucinaba no ser los únicos con el mismo ritual: siempre coincidíamos con el matrimonio raro con las dos hijitas raras y también con los tres amigos moteros. La mujer del matrimonio raro tenía la piel muy blanca, igual que las niñas. Los moteros siempre iban vestidos de moteros, la misma ropa, o parecida, daba gusto verlos. Nos inventábamos sus vidas. Cenábamos montaditos y ensaladilla, luego no recuerdo si nos íbamos a follar. </div>
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Salimos de bares estas vacaciones y me parecía mentira. Acodados nuevamente en otra barra de bar, con tanta gente alrededor y tanto tiempo para que nos atendieran, para que nos pusieran bebidas por delante, algo de papeo, yo derrochando paciencia. Sólo yo derrochando paciencia (de algo me sirve colorear mandalas y esas mierdas). Tanta gente alrededor pero capaces de crear nuestro propio núcleo irreductible. Tuve tantas ganas de besarle. </div>
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Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-7002492389756937362017-01-29T17:51:00.002+01:002017-01-29T17:51:40.287+01:00Donde estaba la felicidadCelebramos la fiesta de cumpleaños de una amiga, no la más antigua de todas, la siguiente, esa que iba al otro Instituto, fumaba con 16 años y parecía mayor y muy a la vuelta de todo. Cumplió, mi amiga, cincuenta años y lo celebramos como debe ser. Con la música que a ella le gusta en una azotea llena de sol; con comida abundante, con vino y vermut y sin que faltara nadie.<br />
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Fue en noviembre y se lo pasó bien ,ella que tiende a la crítica inmisericorde. Lo se porque casi al final, tras los regalos, cuando el sol ya se había puesto y empezaba a hacer un frío severo en aquella azotea, ya estaba medio borracha y besucona. Al despedirme le di un abrazo y le dije que "te quiero" y ella por poco se me pone a llorar.<br />
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Pero no era un "te quiero" de exaltación de la amistad porque yo no estaba borracha. Era el "te quiero" que ya digo siempre desde que A., mi más antigua amiga, me confesó una vez, no hace mucho, cuánto lamenta no decirlo con frecuencia. Y yo, que no suelo ser parca en mis "te quiero" ahora, tras ese día atroz del final del verano, voy soltándolos de manera selectiva, sí, pero sin pausa.<br />
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Ella, mi amiga que cumplió cincuenta, no es fácil de ablandar. Siempre tuvo el papel de dura -papel que no se cree nadie- y nos es muy difícil sacarle palabras de amor. En su cumpleaños, aquella tarde de sol frío, de blues y gente querida, se sorprendió con mi "te quiero" y me jode que se sorprenda. Aunque quizás sea culpa mía, y no suya, por mis inestables muestras de amistad, yo que salgo poco, que la llamo poco y parezco siempre tan distante.<br />
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Ahora ese día de noviembre lleno de luz lo guardo para recordarme que no soy tan rara.Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3658824463969954414.post-48969552937711749932017-01-11T18:19:00.001+01:002017-01-11T18:19:17.780+01:00Embate de la indignadaYo llevo muy mal cuando la gente cabreada por algo intenta atraparme. Una compañera andaba enfadada por el retraso de una obra en el edificio donde trabajamos. Era uno de esos cabreos contra los que poco se puede hacer y además su fastidio era por un hecho que podría o no podría ocurrir. Es muy absurda la ira si desconocemos lo que va a pasar, es como una pérdida de tiempo, un desgaste inútil de energía, una especie de autoenvenenamiento.<div>
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Mi compañera me hablaba irritadísima. Su cólera me llegaba a oleadas, una ola, otra ola, una marea acongojante. La edad. eso es madurar: aguanté sin mover un músculo de la cara su fastidio. Yo la veía venir: quería atraparme, liarme en su mosqueo, es que me conoce y sabe lo tonta que soy y cómo me meto en la red yo solita. Pero no, ya digo que es la edad. Yo veía venir sus embates sulfurados y yo estoica, ciega no pero casi sorda. Intentando ser sorda. </div>
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No va conmigo.</div>
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No me interesa.</div>
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No pico, joder. </div>
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Y ella bla,bla,bla, tan enfadada, tan ineficazmente indignada. </div>
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Acabé agotada pero limpia como una patena. </div>
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Marhttp://www.blogger.com/profile/14568417270510792305noreply@blogger.com0