Vengo de una asamblea. De cinco cosas que se hablaban, una era una propuesta sólida, coherente y realizable. El resto, humo.
A la gente le entusiasma escucharse y hacer bonita retórica.
Yo hablé, un poco aunque debí haber hablado menos. Pero te dan un micro y parece que te abduce. No se si dije algo que mereciera la pena, retórica seguro que no. Yo soy un poco balbuceante.
¿Sacaremos algo en claro? Ahora lo dudo mucho y eso que soy la más optimista de la blogosfera. Tiendo a desconfiar de las colectividades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario