martes, 5 de octubre de 2010

Sobre poesía

¿Me he vuelto mayor, o vulgar, o adocenada por no leer ya poesía? ¿O acaso la que leo ya no me llega a donde tiene que llegar? ¿Por qué antes leía poemas que me abrasaban y ahora no?

Aquel año que viví en Sevilla, para matar la soledad, me iba a la Biblioteca y me ponía a copiar poemas de Cernuda. Yo misma estudiaba en el Luis Cernuda, un instituto de barrio con Quisiera estar sólo en el Sur escrito en un mural en la pared.

Yo me sabía de memoria Se querían de Aleixandre. Lo recitaba con fervor. Y lloraba con A un olmo seco de Machado.  También lo recitaba con fervor. También leía a Pedro Salinas, todo lo que encontraba. Pero era anárquica leyendo, leía a retazos y no tengo una vasta cultura poética. Aún hoy leo a trozos y desdeño rápidamente lo que no me llega al alma en el primer verso. Soy  impaciente. (Y envidiosa, porque yo quise ser poeta y me aburrí.)

A veces hay una chispa. Hoy en el Diario leí un poema de Carmen Moreno (que no la conocía para nada y es gaditana) y no, adocenada no estoy.

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