domingo, 2 de febrero de 2014

Mar en invierno


Hasta ayer este lugar era Mordor, frío, gris y desapacible. Hoy, una tregua y todo el mundo ha salido a tomar el sol. El sol que brilla en el agua calentaba de veras y podías estar un rato en camiseta. El sol reflejándose y el agua plateada, dolía mirarla. Allí,  tan cerca, el otro continente inmenso y, aunque hoy era poniente, envuelto en bruma. Las olas tranquilas que llegan a la orilla, el sonido de los guijarros redondos al caminar, piedras redondas y perfectas, Cala Arena le dicen y no se por qué.

Al mediodía, gente pescando, perrillos correteando entre las piedras y el olor fuerte a yodo que inyecta vida en las venas.

2 comentarios:

amy dijo...

También se antoja una pausa en el invierno, donde se puede sentir la bruma y observar como en el horizonte cielo y mar se unen en un abrazo que apetece sentirlo como infinito.
Un abrazo

Mar dijo...

Hola amysu, bienvenida

fíjate que la bruma se veía a lo lejos, en el Yebel Musa, y sin embargo en esta orilla hacía sol de primavera.