Hoy día prefiero obviarlas. Supongo que por ir de original. O por negarme a utilizar lo que a menudo la gente del mundo BDSM usa con tanta alegría como poca cabeza. Son palabras que se me han desvirtuado. Que me suenan a hueco. Que no me dicen nada (quizás sólo me producen una leve sensación de ridículo).
Palabras como Amo. Esclava. Entrega, Sumisión. Pffff, qué pereza.
No se si estaré escribiendo yo una herejía muy gorda. A E. se lo he contado y no me ha dicho que sea una herejía pero es que Él me entiende muy bien. Lo cierto es que me mola ir de hereje y disidente y cruzar las líneas de la ortodoxia. Cualquier cosa menos ser una más del cotarro sumisil, ese que llena sus diarios de palabras muy bonitas y que suenan a falso. A mi me suenan a falso Yo es que soy un poquito jacobina.
Lo que pasa es que no se (aún) qué palabras nuevas usar.
4 comentarios:
Bueno, todavía te queda una: Él.
A mi también.
Un beso
Las palabras tiene sentido cuando su utilización es necesaria por un tema de claridad. Aquí en un tiempo en las comunicaciones oficiales se hablaba del "Excelentísimo Señor Presidente" o de la "Honorable Cámara de Senadores". No sólo errado sino innecesario.
También me pregunto qué le agrega a una relación dónde los roles están definidos y especialmente acordados, usar hasta el hartazgo expresiones grandilocuentes que sólo sirven para afirmar lo que ya se sabe, ni tampoco qué caso tiene repetir con una periodicidad agobiante que la señotita X está a servicio del señor Y.
Buena observación la de Sara.
Besos & abrazos
Tienes razón, Sara querida.
Un fuerte beso.
Puede que se repita para reafirmar, o porque no se acaba de creer y se necesita poner nombres... no se, pero coincido contigo en lo acertada que ha estado Sara.
Besos.
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