sábado, 20 de diciembre de 2014

Ars masturbatoria

Me despierto demasiado temprano. Es sábado y podría dormir más, son las siete y no entra luz por la ventana. Me quito el pijama. Me abro de piernas. No quiero follar ni quiero que me coman el coño. 

Podría buscar mi dildo pero tendría que levantarme. Fantaseo con el desodorante. Fantaseo con los juguetes caseros que a veces prefiero. Dildos frutales. Dildos vegetarianos. Dildos improvisados. En realidad esta mañana sólo me apetece fantasear con ellos y dejo que los dedos sigan a su aire.

Esta mañana sólo lo más sencillo. Exploro mi vulva y exploro mi vagina que se va mojando lentamente. Pienso que, según pase el tiempo, cada vez más lentamente; se entrometen terribles adjetivos como seca y mustia. Podría buscar mi aceite corporal pero esta mañana lo quiero todo sencillo.

Exploro y no necesito mirarme. Un dedo entra y sale y hurga en la carne blanda y caliente de mi vagina. Se me empapa y hago que empape mi vulva y obligo a mi clítoris, ese tontaina, a salir. Esta mañana, casi a oscuras, no tengo intención de mirar cómo transcurre el proceso, no quiero asomarme a mis piernas abiertas, quedarme embobada con mi coño expuesto a la nada, o sólo expuesto para mi. Podría levantarme y mirarme en un espejo, abrirme cada vez más, asomarme y asombrarme. 

Ni siquiera hoy busco imágenes que me provoquen. Podría recordar o podría imaginar leguas o coños o todas esas cosas que imagino e imaginamos y no, hoy no me hace falta y no pienso en nada. O sólo pienso en mis manos y mis dedos que se mueven y a los que obligo a moverse, a meterse, a deslizarse, a los que marco el ritmo. Dentro-fuera, rápido-despacio. Para. Sigue.

Cuando me corro, el dedo índice siente cómo se aprieta todo por dentro, cómo lo atrapo y me lo engullo; el otro dedo, o quizás el resto, va dejando fluir el orgasmo que me niego a describir pero fluye a oleadas y no se si son breves o prolongadas. Los dejo así, quietos y cansados, un poco mojados, moderadamente mojados, oliendo a coño que es un olor agradable, cálido y reconfortante. Un olor conocido que esta mañana sólo a mi me pertenece.  


2 comentarios:

amigospanko dijo...

Un artículo magistral sobre algo tan sano y tan personal como el simplemente masturbarse. Agradezco a marita correa el haber publicado en sus recomendaciones este artículo de este siempre recomendable blog.
Buen año 2015 y ¡larga vida a este blog!

Mar dijo...

Genial que te guste, Fer. Gracias a ti y a marita por recomendar este post.

Buen año y besos. Bien de verte de nuevo!!!