martes, 12 de noviembre de 2013

roxanne busca

Hay un sueño que se me repite con irritante frecuencia. Es de noche y camino con cierta prisa por las calles de mi ciudad, en la antigua zona de bares del centro, el viejo territorio de una movida que ya no existe. Busco a alguien pero en mi sueño nunca se específicamente quién es. Un tío, eso si, eso está claro. Busco a un hombre con el que me quiero acostar. Un hombre al que conozco pero en mi sueño nunca lo identifico con alguien concreto, quizás sea una suma de diferentes hombres que he deseado. El deseo sexual está muy presente en mi sueño. Camino con prisa pero no entro en ningún bar porque voy sola y es un corte entrar sola en los bares. Lo único que hago es rular entre los grupos de bebedores de la acera y asomarme con disimulo a las puertas de los garitos. Nunca encuentro a quien busco y me despierto con ese deseo sin saciar. Ojo, no me despierto caliente como una gata en celo. Me despierto con una fastidiosa sensación de vacío espiritual, una cosa muy metafísica (y a la vez, levemente carnal).

Me irrita ese sueño recurrente porque mis tiempos de buscadora se fueron para no volver. Supongo que es un sueño debido al peso morrocotudo de horas  y horas de búsqueda del hombre ideal que además me pegara un buen polvo, cuando yo tenía veinte años. Yo salía absolutamente todos los fines de semana con mis dos amigas y no disfrutaba de ellas ni con ellas. Yo buscaba por los bares pensando que lo que encontrara me haría feliz. A veces me topaba con EL (que unas veces era P. o S. o J. o J.C. ;  yo qué se) y le robaba un par de besos y muchos jijiji jajaja y ya con eso era feliz. En contadas ocasiones me llevaba el gato al agua (a EL a la cama) pero bastaron para crear la fantasía de que noche de marcha podía equivaler a noche de sexo ( y AMOR). Sólo había que esperar a la conjunción astral adecuada.

Mi irritante y recurrente sueño no se debe a deseos insatisfechos, creo yo. No me psicoanalizo ni miro en manuales de interpretación de sueños ni querría que nadie lo hiciera por mi (para no perder el tiempo y para dejar claro lo soberbia que soy). En realidad escribir sobre ello me basta. Dentro de unos días, cuando lo relea quizás piense lo absurda que puedo llegar a ser.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece más que atinada la "sugerencia" de no querer ser interpretada.

Supongo que todos hemos tenido la ilusión de la mujer o del hombre ideal. Amor y pasión en un solo envase y dependiendo de la personalidad, sin compromisos. A mí me gustan los compromisos, pero eso no viene al caso.

Canso al repetirte que me encanta tu forma clara de escribir.

Un beso grande


Mar dijo...

A mi también me gustan los compromisos, Rick, ¿da la impresión de lo contrario?

Besos.

Anónimo dijo...

Cuando escribí que soy del tipo de persona que entiende al compromiso como parte fundamental de una relación -palabra más, palabra menos-, lo hice pensando en mí únicamente. Me alegra por ti y los tuyos que también así lo sientas.
Un beso grande