Ya casi termino La leyenda del ladrón, quizás esta noche si el sueño no me gana la partida. La compré sin saber que iba a ser tan emocionante, buena novela de aventuras en la Sevilla de la Edad de Oro. Barcos que llegan de las Indias, galeotes, la banda de Monipodio, funcionarios corruptos e incorruptibles, Cervantes y Shakespeare... el tema me apasiona y la historia cumple con creces.
También estuve hojeando algunos relatos de Borges. Tengo pendiente junto a mi cama El jardín de los senderos que se bifurcan porque necesito respuestas o más preguntas.
Estuve hojeando también de forma muy masoquista el Diario de una ninfómana, porque quería comprobar si el sexo que describe la autora tenía alguna similitud con el mío y también necesitaba analizar los vaivenes de una relación envenenada como la que cuenta Valerie Tasso a la mitad de su historia/autobiografía.
Le robé a mi hijo adolescente Diez negritos, que le recomendé el sábado y ya está casi acabando. No pensé que la buena de Agatha Christie le iba a enganchar tanto y de qué manera. Estuve leyéndolo y recordándolo por encima para poder charlar con el niño y meterle un poquito de tensión y suspense a su lectura. Qué envidia, no saber aún quién es el asesino.
Mañana voy a ver si está en la librería la última novela de Ángeles Caso, va de la Princesa de los Ursinos y la corte de Felipe V... increible que nadie haya novelado aún esa época. Tengo muchísimas ganas de pillarla.
Y tengo muy, muy poco tiempo para leer estos días.
2 comentarios:
YO estoy de un vago impreesionante tengo el libro en la mesita desde finales de Agosto, y aún no me decidi a volver a cogerlo, me quedo sopa en el sofá no puedo ver el principio de nada, mucho menos los finales, cuando mi única lectura son leyes, y el codigo penal es tu biblia, quieres morirte....... beesosss
Ay, te comprendo, pobrecita mi niña!!!
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