domingo, 21 de octubre de 2012

Antimalthusianismo

Ayer, por la calle, me miraba en los escaparates y pensaba, cielos, qué buena estoy. Es cierto que vestida suelo ganar porque a mis cuarenta y cuatro años y dos embarazos no tengo el cuerpo de una modelo. Pero ni ganas, de verdad.

El cuerpo que se nos queda tras embarazos y partos es un cuerpo victorioso. Las marcas de la cesárea, las estrías, tetas caídas, manchas en la piel, los pies hinchados, las hemorroides, son cicatrices de guerra, una guerra contra la nada. No nos lo dicen cuando vamos a parir pero todas lo sabemos. ¿Se te quitan las ganas de tener hijos? No. Esas son unas ganas bestiales, que nacen de muy dentro y apenas se pueden controlar. Cuando a mi me entraron ganas, era una especie de loba y follaba, sabiendo que me iba a preñar, como nunca he follado.

Anoche volvía a casa del teatro junto a mi madre. Mi madre tiene sesenta y seis años pero juro que no los aparenta. Ayer ella llevaba un vestido corto y medias negras con brillo plateado. Iba elegante, femenina y juvenil y yo iba mucho más sosa, con pantalones y mi nueva cazadora negra. Tres borrachos que venían de una boda nos soltaron un piropo. Pero estoy segura que iba más por ella, que con su edad y decenas de batallas ganadas, sigue siendo bellísima.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida mar, creo que las ganas de las que hablás son, ni más ni menos, el instinto de coservación de la especie, o tal vez, de la única perpetuación que es posible: la inmortalidad a través de la desendencia. Obviamente, una interpretación personal y carente de otro valor que el de la opinión personal.
Lo otro, los comentarios respecto a la apariencia propia y la de tu predecesora, los interpreto como manifestaciones del ego, totalmente normales y sanas.
Un beso de Sigmund Bond.

May Mercurio dijo...

El piropo seguro que para las dos madre e hija! los genes están ahí!
Las mujeres que soís madres tenéis un cuerpo de amor y sacrificio, con su toque de guerreras-mamá...
Es simpático lo de que follabás como una loba, ahí en plan súper animal te imagino jajaja a mí me encantan los niños y ellos también se llevan genial conmigo, vamos que nos los pasamos pipa, pero yo no tengo ese instinto de ser madre..soy madre a mi manera, de mis plantitas, de los gatos callejeros, de algun amigo, ect..vamos, no, no es lo mismo.
Bona nit :)

Marlowe dijo...

Muy hermoso. Y el giro del segundo al tercer párrafo es brillante.

Un abrazo

Mar dijo...

Señor James Freud, muy acertadas tus observaciones. No hay que hacer desprecio del ego que todos llevamos a cuestas, no? Yo creo que los falsos modestos son horteras y además, hipócritas.

Besos.

Querida May Mercurio, yo, sin embargo, no tengo instinto ni con las plantas ni con los gatitos, ya lo tengo asumido. Pero sea con bebés o con gatitos, la cuestión es querer mucho a alguna personita y/o animalito. Es lo mejor del mundo.

Besos.

Marlowe, todavía tengo esperanzas de triunfar como escritora!!!

Un abrazo.

May Mercurio dijo...

Exacto, lo importante es sentir ese amor, aunque el nucleo que liga el sentimiento de madre a hijo eso ya es muucho e indestructible.
Claro que es hermoso..;)