No he leído mucha literatura erótica centrada en BDSM. Acerca del tostón de Historia de O ya tengo algo escrito aquí. La literatura erótica me suele aburrir y, como supongo yo que hará casi todo el mundo, cuando leo algo erótico-bedesemero, me centro en lo que excita y el rollo filosófico lo dejo fuera.
Las edades de Lulú es una excepción, es la típica novela de Almudena Grandes que lees de un tirón. Yo lo hice de jovenzuela y reconozco que la novela cumplió su cometido, que es utilizar sus mejores fragmentos para marturbarse. Si una historia erótica no excita, no vale un duro. A mi de Almudena Grandes no me gusta su manía de adjetivar tanto y el maniqueísmo en el que caen sus personajes, pero suelo leerla por lo entretenida que es. Es una especie de relación amor/odio.
Como cuando la leí yo era una masoquista reprimida, fingí acojonarme con el final, cuando en realidad me flipó. El primer problema de Las edades de Lulú es el final. Esa mazmorra cutre, esa peña rara y chunga, lees eso de novata -cuando no existía internet- y te da susto. Yo era un mar de dudas: me mola la Lulú atada/no me molan los tíos malotes que la amenazan. El sensato/seguro/consensuado brillaban por su ausencia.
El segundo problema de Las edades de Lulú -y en general de toda la literatura erótica- es su falta de sentido del humor. Lulú es una intensa y una triste. Le pasa como a Valérie, en Diario de una ninfómana, que quiere epatar con el sexo y se vuelve trascendente. Ni Lulú ni Valérie se enteran: experimentar con tu cuerpo y sus placeres es divertido, pero las tontas como vosotras no lo saben. En el fondo son chicas misóginas que aún creen que el sexo es caca. Experimentan y sufren, no saben reírse, no saben jugar de verdad, realmente se creen pecadoras.
4 comentarios:
A mí me pasa algo parecido con toda la ligeratura erótica en general (será que me gusta más vivirlo que leerlo), y ni siquiera conseguí terminar ninguno de los dos libros que mencionas. Almudena Grandes me merece todo el respeto, pero me resulta un poco "puritana".
Te recomiendo, por si quieres probar algo diferente, una novela entre policíaca y erótica (más lo primera que lo segundo) y también algo surreaista, aunque tremendamente divertida: "Matar a Johnny Fry", de Walter Mosley.
Un saludo. Siempre es un placer pasar por esta casa.
Muchas gracias, me apunto el título. La mezcla es chula, policiaco y erótico!!
Saludos.
Me gusta mucho leer un artículo como este que expresa algo que siento y nunca he expresado. Yo también leí Las edades de Lulú y reconozco el mérito de Almudena Grandes, que me cae bien como personaje, pero percibo el tópico y ese punto acartonada de trascendencia por algo tan elemental como el sexo. Gracias!
Pues todavía hay gente que no se entera y se pone intensa con el sexo... como bien dices, caen en el tópico.
Gracias a ti por leerme, comentar y por tu post en Azotes y nalgadas recomendando Cine y BDSM. Un millón de gracias.
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