viernes, 10 de febrero de 2012

Una carpeta


Esta es una de mis viejas carpetas de Facultad. En ella aún guardo papeluchos que por motivos sentimentales me resisto a tirar. La propia carpeta es un motivo sentimental. Miras mi carpeta y te haces una idea de lo tontaina que podía ser yo a los veinte años. Una mezcla de radikalidad y romanticismo ñoñísimo y totalmente compatibles. Veinte años en estado puro.

No recuerdo haber pintado esa rosa. Yo no soy dada a pintar flores. ¿Qué rapto místico me daría para hacerlo?  Colorear me encanta y me relaja, supongo que babearía coloreando esa rosa (cuando me concentro mucho en algo tiendo al babeo).

Las pegatinas, esas pegatinas son una Historia en si mismas. Hay futuro. Subversión. Mili KK. En la facultad yo EXHIBÍA mi carpeta. En pasillos. En clase. En el bar. Que la peña se diera cuenta del percal. Ahí va la de Primero. Tan radikal y tan tía buena. Yo me crecía con mi carpeta. Así de tontaina era yo.

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