martes, 16 de agosto de 2011

Cualquier dibujo pasado no fue mejor

Siempre está el falto de imaginación de turno -y falto de empatía de turno- que abomina de los dibujos animados actuales y dice aquello de que los dibujos animados de antes eran mejores que los de ahora. De paso minusvalora el criterio de la chavalería y les condena a la entidad de generación boba.

Yo odio Tom y Jerry. Los niños lo ponen en Boomerang y me tengo que ir. Qué asco me dan y eso que son dibujos animados clásicos, esos que se supone veíamos siempre los niños inteligentes y cualificados que fuimos en su día. Los odio por pesados, por tener siempre el mismo argumento maniqueo, por ser tan simples que aburren, por estridentes.

Buscando Isla Dulce
Me gusta muchísimo Flapjack, ese niño rubito y adorable que quiere vivir eternas aventuras. Adoro al Capitán Muñón, a Bubbie y al Tonel de Golosinas. Salen eructos y mucha mugre y también historias memorables sobre la amistad, el amor materno, los sueños y los deseos.

Buford en acción
Soy fan de Phineas y Ferb porque tratan a los niños como gente capaz, con iniciativa e ideas propias. Siento debilidad por Candance, uno de los más agudos personajes de adolescente que he visto -y sí, un poco arquetípico, pero qué adolescente no lo es-. Es una serie repleta de buenos secundarios, como Buford -otro al que adoro- el matón filósofo y por siempre, el pobre Doctor Doofenshirtz (que tuve que googlear para ver cómo se escribe su nombre).



Panini acosando al pobre Chowder
Tampoco me canso de Chowder y la forma tan imaginativa de crear personajes, lugares y sobre todo, gastronomía: ese chuletazo parlanchín es único. Hay episodios delirantes como aquel en que Escalope tiene que ir al banco: delirante y casi angustioso con esa cola que nunca acaba y cuando llegas a la ventanilla pasa algo que te vuelve a dejar atras de otra inmensa cola. Y ese pedo-mascota de Chowder, no me digan que no es brillante: a todos los chavales les encanta lo escatológico.

Son series que no me resultan imbéciles ni estúpidas, al contrario, favorecen el sentido de la ironía, la risa surrealista y la fantasía más absurda y sana. Y no sigo porque sería ya un rollazo (pero me dejo a Bob Esponja, a Billy y Mandy, a Ed, Edd y Eddy ...)

5 comentarios:

Shurime dijo...

ains diosssssssssssssssss eres la gemela que jamas tuve y me separaron de ella!!! jajajajaja

Besitos dulces cielo y sigue disfrutandolos

Mar dijo...

Supermaratón de dibus!!!! (aunque a partir de las 22:30 en verano se acaban, todos los peques a la cama y la tele para muá)

Un besote, shurime, gracias por visitarme.

Anónimo dijo...

Mi idolatrada seibra.... Cómo se nota que en tu casa hay niños. O eso o yo twngo una vena muy poco explotada en ese sentido. Aunque en varias cosas estoy de acuerdo.
Tú te acuerdas de patrás el perro de flandes, y las putadas que le hacían. Era desolador. Marco buscando a su madre, mas triste imposible. La Pobre de heidi y todas las maldades de aquella ama de llaves. En fin. como esos cientos. Yo no voy a discutir si los dibujos de ahora son mejores o no porque sinceramente no los veo, pero lo que tengo claro es que los que nos tocó a nosotras vivir, en un grado muy alto eran para que terminaramos todos deprimidos de por vida.

Besos mi gaditana salerosa. que sepas que te leo aunque ultimamente mis ganas por poner cosas resulten casi nulas. No por nada, sino porque como dice la canciòn hasta la belleza cansa.

bicos cómicos.

Pediatra dijo...

Cuando yo era un chaval, no me encantaba lo escatológico. Sabe Dios que a mi hijo, que es un chaval, tampoco.

Mar dijo...

No, sondemar, yo no digo que los dibujos animados de ahora sean mejores, sólo que tampoco son peores. Cada época tiene sus bellezas y sus miserias. Me encanta volver a saludarte, nena, echo de menos leerte!!! Muchos besos.


Conozco muchos niños que se ríen con todo lo referente a "caca, culo, pedo, pis". A eso me refiero con el término "escatológico".