Dos de agosto
El emblema, la fecha mítica,
inmortal,
la nunca acabada noche
que desmembro y disecciono; conozco de forma exacta
sus minutos perfectos:
estrellas y besos,
cierto perfume,
una forma de mirarme, adjetivos
manoseados
que me dan sueño.
He reiniciado el dos de agosto
durante años.
Un día inmóvil
extraido del paso del tiempo.
Me he repetido sus sílabas, tantos versos
en homenaje inmerecido;
años para advertir
la sudada vulgaridad, la burda
construcción de frases, de anécdotas
de esperanzas pueriles.
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