10. La decisión de Sophie (1982). Una película-trampa que funciona como arenas movedizas, cuando estás más hundida y quieres salir y no mirar, ya no hay vuelta atrás. Me senté a verla inocente de mi, pensando en qué bonito ese triángulo de amor y qué guapo el del bigote ( Kevin Kline, sic). Cuando ya estaba tirando a aburrida, pensando que ese ese amor raruno ya no daba más de sí, me largan la última media hora (que no spoileo por si acaso) y me quedé traumatizada por largos días. Desde entonces no he vuelto a ver pelis sobre el Holocausto.
Glups, momento decisión. |
9. El hombre lobo (1941). Mi primera peli de terror, que vi en la tele, pero escondida tras la butaca de mi abuelo, una noche de luna llena y con cinco años. El pobre hombre lobo no me despertó la mínima compasión, yo quería que muriera YA bien rociado de balas de plata. Estuve muchas noches sin dormir, mirando a la luna y devanándome la sesera respecto al tema BALAS DE PLATA.
Escena que no vi porque tenía los ojos tapados |
8. King Kong (1933). En realidad me marcó no verla cuando me mandaron a la cama porque era muy pipiola y asustadiza. Como por entonces vivíamos en un apartamentito de salón, cocina y un dormitorio, los rugidos de King Kong al otro lado de la pared me tuvieron en vela un buen rato. Es una tortura tener cuatro años e imaginar horrores en la tele sólo con los sonidos que salen de ella. Rugidos y gritos espeluznantes. Muchos años después pude verla de verdad y comprobé que no era para tanto... aunque el mito no se me derrumbó.
Yo después de El hombre lobo |
Cuando Bob no parecía una señora mayor |
6. Tiburón (1975). Todo el que vio Tiburón en los 80 pasó largos veranos metiéndose en el agua de la playa con toneladas de aprensión Aunque fuera la playa infecta de mi pueblo donde un Tiburón no sobreviviría ni media hora. Aunque Tiburones como ese NO EXISTEN y además dan un cante que te cagas, que ya sabemos que cuando se acerca el Tiburón suena el tema de John Williams y da tiempo a salirse del agua.
Chavalines que oyeron al Tiburón |
5. La guerra de las galaxias: episodio IV (1977). Qué voy a contar que no cuente cualquiera de mi generación. Que yo fui otra niña el día que vi Star Wars. Yo creo que todos los niños que salieron esa tarde del cine fuimos niños nuevos. Se nos notaba en la cara. Teníamos como otro brillo, ese de las espadas láser. No paré hasta comprar el álbum mítico de Las guerra de las galaxias y apilar todas las estampas que pude, cada mañana a la salida del colegio. Aquella peli fue una catarsis. Desde entonces supimos qué era aventura espacial de la buena.
Aquí empezabas a cagarte de guato |
4. Había una vez un circo (1972). Hacérmela ver fue una crueldad porque en ella salía una niña que se ponía enfermita y los payasos de la tele iban a visitarla. Desde ese día quise estar malita y que vinieran a verme Gaby, Miliki, Fofito y sobre todo Fofó. Me parecía una tremenda injusticia que sólo aquella niñata lo pudiera disfrutar. Di la tabarra días enteros en casa suplicando por una visita de los Payasos, escribir a la tele o algo, ¿quiénes eran los niños que iban a la tele a ver los Payasos? ¿Alguien conoce algún niño que fuera? ¿Existen de verdad esos niños?
Niña rubia disfrutando de los Payasos para ella sola. |
3. Terciopelo azul (1986). Yo lo pasé muy mal viendo Terciopelo azul Y además me hizo descubrir a David Lynch y me dio el toque gafapasteril que me faltaba para ser absolutamente adorable. Creo que fue la primera película rarita que vi en el cine y me hice fan y un poquito pedante. Si se hubiera inventado el rollo hipster en los 80 yo habría sido hipster como la que más. Ya desde los bomberitos saludando y la oreja cortada el mal rollito se veía venir. Me daba miedo pero a la vez me hacía sentir especial, yo viendo esa película rarita y disfrutándola y todo.
Imagen impactante de mal rollito |
2. El lago azul (1980). Algunas chavalas de los ochenta tuvimos un bonito despertar sexual gracias a Brooke Shields y al rubio de los rizos. Yo no sabía cómo hundirme más en la butaca del cine, ni a mover un dedo me atrevía porque sólo moviendo un dedo se me notaría la calentura. Años después ves otra vez la escena del folleteo en la isla y no era para tanto (y el rubio no da nada de morbo, más bien asquito) pero en los 80 tanta piel bronceada y tanto gemido paradisíaco podían marcar para la eternidad. Yo salí del cine consciente de dos o tres cosas que me vinieron muy bien con el tiempo...
... por ejemplo, poner caritas de bien-follada |
1. Ghost (1990). la he visto dos o tres veces y siempre con mis hermanas porque la disfruto el triple (es une peli para ir comentando cada jugada, como Dirty Dancing). También he vertido litros de lágrimas, especialmente con dos momentos cumbre. Uno, cuando el bienamado Patrick se mete en el cuerpo de Whoopi Goldberg (que hasta el momento controlaba la parte de risa) y suena la Melodía Desencadenada.
Y el final. El final es EL HORROR desde el momento en que Patrick se gira y ve el túnel de luz y le dice a Demi eso de "no sabes cuánto amor me llevo". Joder, estoy llorando otra vez.
Patrick antes de subir al cielo |
2 comentarios:
El lago azul ya me ponía a tono de niño..
Se lo curraron, los cabrones de productores del Lago Azul, Yo desde entonces he querido bucear en pelotas con un yogurín y entre corales.
Publicar un comentario