lunes, 21 de abril de 2014

Sexo oral y roles

Hay que quitar literatura al sexo oral. O, al menos, usar la literatura como complemento y no como problema. Hay gente que usa su rol dominante para justificar su aversión a comer coños o pollas. Porque se supone que hacerlo es signo de sumisión. Vulgar excusa de aquellos que no saben o no quieren practicar sexo oral (que se lo practiquen ya es harina de otro costal, ¿eh picarones?)

Ya lo he escrito otras veces: no me gusta la gente que aborrece comer coños (o pollas), y tampoco soporto a aquellos que lo hacen mal y con desgana, como trámite para el follar. No me voy a repetir.
Cuando juego a ser sumisa, me gusta practicar felaciones forzadas, me excita que me agarren del pelo o la cara y me obliguen a tragar, que me impidan separarme, que me digan lo puta que soy y blablabla.  Disfruto tanto con ese juego que pierdo la noción del tiempo. Sólo soy una boca mamadora.

Pero también me gusta, en ocasiones, dominar (sin ser Dominante). Jugar con la polla, lamerla, sacarla de la boca y hacer como que estoy cansada y que lo dejo para otro día. Jugar con el culo, meter un dedo o un dildo, retrasar el placer, controlarlo. No se si estos juegos los toleran los Amotes serios: si no es así, ellos se lo pierden. Igual que se pierden el placer de un cunnilingus y lo jodidamente controlador que puede llegar a ser, si se hace bien, si se tiene paciencia.

Ay, la paciencia. Comerse bien un coño (o una polla) requiere paciencia. Técnica, si, y experiencia, toda; pero benditos los que comen coños con toda la paciencia del mundo y no se cansan ni resoplan, sino al contrario, disfrutan como locos. Yo exigo paciencia para mi coño, y que lo traten como se merece. Quiero la misma dedicación que yo tengo cuando soy la que da placer oral, ni más ni menos.

Y al carajo con los roles.     

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Para gustos colores, dicen, pero a mi me cuesta creer que haya personas que no disfruten del sexo oral, más allá de las connotaciones de D/s que se le puedan encontrar y que, a mi manera de pensar, incrementan aún más el placer.

Una amiga -que nada sabía de D/s- decía que en el sexo oral el control lo tiene quien lo está practicando, y yo estoy completamente de acuerdo con eso.

Saludos

Wictor dijo...

Me gusta tu blog. Es una mezcla heterogénea. Pero me gusta.

Suelo curiosear entre los de temática BDSM desde hace bastantes años, siempre teniendo envidia. Sobre todo de la constancia que conseguís tener muchos. Ya van algunos intentos fallidos de hacer uno mío; algún día lo conseguiré.

Lo que comentas de las felaciones forzadas, tal y como lo describes tiene un "nombre técnico". Que además es una palabra latina que a mi me gusta mucho como suena. Irrumatio. ¿Lo sabías?

Coincido contigo en el gran juego que da el sexo oral. Tanto si es el hombre el que lo hace, como si es la mujer. Y tanto si es dentro de una relación vainilla, como si es dentro de una relación D/s.

Y coincido contigo en que hay que saber hacerlo. Y no hacerlo como un simple trámite. Supongo que estará en como entiendas y vivas la D/s, pero una de las "torturas" más fuertes que puede haber para una sumisa es tenerla a punto del orgasmo, pero sin dejar que llegue a tenerlo. Se puede conseguir de varias maneras, pero es difícil que no esté entre ellas el sexo oral.

No me enrollo más, que cuando me sale la inspiración, fundo el teclado. Enhorabuena por tu blog. Prometo ir leyéndolas entradas antiguas poco a poco con el tiempo. Y seguirte con regularidad. A ver si esta vez consigo perseverar.

Un sincero saludo,

Wictor.

Mar dijo...

Cuesta creer pero las hay.

Estoy de acuerdo con tu amiga aunque dejarse llevar con la práctica de felaciones forzadas es un placer exquisito en el que la parte "feladora" no tiene el control. Es una buena excepción que merece la pena probar.

Saludos

Mar dijo...

Gracias y bienvenido

Sobre perseverar, en parte yo lo consigo por tocar diferentes temas. Te aseguro que si sólo me dedicara al BDSM me habría aburrido hace años. Ya me he pasado por tu blog y lo poco que llevas me gusta. Espero que sigas fundiendo el teclado.

La palabra "irrumatio" la conocía pero no caí en ella al escribir este post. Suena bien, se imagina una a un patricio romano forzando a su esclava

Saludos