martes, 16 de julio de 2013

Gente que va, viene o se queda


Esta es una ciudad de frontera y como suele pasar, es fea y sucia, un horror urbanístico. El Paseo Marítimo  no es marítimo porque al mar se lo tragó el puerto, nuestro ENORME puerto que crece y crece y da trabajo y nos coloca en el mapa. Nadie quiere, que yo sepa, que el ENORME puerto deje de crecer.

Hace muchos años. pero muchos años, yo descubrí a la gente que pasa por aquí, a la gente en tránsito. Venían en coches de marcas chulas -nada que ver con nuestros Seitas- de matrículas belga y francesa. En coches y furgonetas hasta arriba de bultos y cachivaches. Aparcaban en el Paseo Marítimo, que entonces sí daba al mar, y de ellos brotaba cansancio y sudor. En los jardines del Paseo, en julio, dormitaban ancianas descalzas  y jugaban pequeñajos con la ropa llena de churretes. Era un espectáculo extravagante y en cierto modo mugriento -la mugre del viajero que tiene prisa por llegar al hogar- , pero yo, hace muchos años, no entendía a cuento de qué estaban allí.

Fue cruel cuando les pusieron nombre.  "Ya llegaron los moros guarros".  El Paseo se convirtió en una ruta de miedo y vergüenza. Pasé muchos años sabiendo que lo que me decían no estaba bien. Moros sucios. Moros mierdas. Moros que huelen mal. No estaba bien escuchar aquellas frases y callar, pero yo no tenía argumentos. Tenía solo ocho años. O diez. O doce.

Me llené de argumentos con el tiempo y, sobre todo, con la experiencia. Y reconocí que el principal argumento contra el asco y el miedo son el conocimiento y la convivencia. Esos chiquitines churretosos y las ancianas que dormitaban en la hierba ya no están porque tal y como llegan se marchan en barcos veloces, pero otros llegaron y se quedaron aquí, en esta ciudad de frontera, a vivir.

Conozco demasiada gente que no se hace llamar racista pero practica un racismo de baja intensidad muy dañino. Contra ellos estoy cargada de argumentos que nacieron de la experiencia y del sentido común pero suele pasar que no te escuchan porque la gente racista -que nunca admite serlo- lleva la palabra "recelo" escrita en la frente. Sobre todo, contra ellos tengo la mirada sin prejuicios de mis hijos, que tienen amigos y no le dan importancia al lugar donde nacieron; las miradas limpias de esa comunidad de críos y adolescentes que, aunque son pocos, son mejores que yo a su edad.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Una mirada muy abierta y amorosa.
Es imposble querer o que no se conoce y eso incluye a las personas. La reacción por defecto es la desconfianza hacia lo desconocido, mucho más cuando lo desconocido no es atractivo.
Abrazos, querida Mar

Maria dijo...

Entiendo lo qué quieres decir pero es que emplear la palabra racismo es muy fea,puede ser que no sea cuestión de raza, o ésta sea poco importante y sí cuestión de muchas cosas,por que en el caso de que los moros tengan dinero, sucede lo mismo?
Y si le damos la vuelta a la situación y fuéramos nosotros los que estuviéramos al otro lado haciendo cola,cambiaría su actitud hacia nosotros?
Si hay problema no es el color de piel con más o menos melanina, al menos creo yo que a la mayoría esto no les importa,son otros factores.
La desconfianza a lo desconocido como dice Rick me convence más.
Bueno yo hablo de esta situación sin haberla vivido y es mi modesta opinión.

Un abrazo, Mar.

Anónimo dijo...

Bueno, hoy me vas a odiar pero claro para todo hay una primera vez...
Como convicción personal creo firmemente en que hay un lugar para todos nosotros en el mundo y creo que es un derecho fundamental de todo ser humano el no ser discriminado por su raza o por cualquier otra razón que se quiera esgrimir.
A partir de ahí te puedo decir que la realidad que nosotros vivimos aquí en las islas Canarias es otra.
Estamos rodeados de personas que van imponiendo su cultura y sus creencias y no ceden ni un ápice de terreno, al contrario empujan cada cada día con más fuerza.
Aquí hay canarios que viven en condiciones muy precarias y que no tienen acceso a una vivienda de protección oficial mientras que ciudadanos marroquies disfrutan de todos esos privilegios.
Aquí ya se ven los velos por la calle a todas horas.
Las segundas y hasta pequeñas terceras generaciones hablan árabe por la calle.
Los colegios están llenos de niñas y adolescentes con su pañuelo y más convencidos que nunca de todos sus derechos y ninguno de los deberes.
Hay que entender al pueblo también. Nos están sacando de aquí poco a poco.
Y si, yo me he vuelto un poco o bastante racista con ellos. Cuando los cocineros vienen a la cantina del personal y me preguntan solo porque soy una mujer (aunque lleve un más que evidente uniforme de recepción y ellos vengan de donde se hace la comida)que de que comida se trata.¡Como voy a saberlo si yo también acabo de llegar y no he preparado la comida!!!!
Y cuando un hombre nacido y criado a la europea me dice en mi cara que la mujer ha nacido para la servidumbre, que ese es su estado natural.
Y de esos podría contarte muchos otros casos del día a día.
Que va, que va...esto no puede estar bien.

Un beso Mar

Mar dijo...

Rick, ya se sabe que la ignorancia es la madre de todos los males.

Un abrazo y gracias por visitarme.

Mar dijo...

ohma, si, racismo es una palabra fea y a nadie le gusta usarla. También podría haber escrito "xenofobia" que quizás sea más correcta y abarca conceptos diferentes al racismo. Pero prefiero usar "racismo" por fea, por dura y porque creo yo que es adecuada en el caso de la actitud de menosprecio hacia mis vecinos marroquíes.

Un abrazo muy grande.

Mar dijo...

Sara, odiar yo??? Ayyy.

Pero argumentos sí que tengo. Unos pocos:

1. Sí, estamos rodeados de personas que imponen su cultura e incluso creencias. En mi pueblo los niños celebran Halloween. Vamos a comer al Burguer King. La peli última que vimos en el cine fue "Gru, mi villano favorito"... mola mucho la cultura yanqui.

2. No conozco a ninguna familia marroquí que en mi ciudad ocupe una VPO. En todo caso si así ocurriera, la culpa sería de la Administración competente, ¿no?

3. ¿Niños que hablan árabe? Me parece estupendo si además hablan castellano e inglés. Ojalá mis hijos hablaran tres idiomas. Y bueno, si vas a Marbella o Fuengirola, hay gente que habla inglés e incluso alemás por la calle. Pero mucha. Y no son turistas, son gente que lleva años viviendo allí.

4. TODOS los adolescentes del mundo están convencidos de tener infinitos derechos y nulas obligaciones. Lo se porque trabajo con ellos. Diría más: un número obsceno de adultos están convencidos de lo mismo. En Andalucía tenemos imputados a un grupo de señores en la llamada "trama de los ERE" que tenían un concepto "muy amplio de sus derechos".

Yo no tengo conciencia de que la cultura marroquí, o árabe, me esté sacando de aquí. En todo caso la cultura anglosajona. Y no digamos de la economía china.

¿Molestan sus actividades religiosas? ¿El Ramadan? ¿Que no comen cerdo? ¿Que rezan mucho y mirando a La Meca? Bueno, los católicos acuden en masa a ver a la Virgen del Rocío y destrozan un Parque Nacional. Y no digamos de las exenciones fiscales de la Iglesia católica. Y quieren que la nota de Religión católica valga como media en el expediente académico. A mi eso me molesta pelín más que el Ramadán. Incluso más que los velos.


Que no quiero convencerte, pero argumentos tengo, como ves. Y aún me gusardo algunos más para no ser pesada.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Si, es cierto todo eso que tu dices, 100% además. Me resultan igual de horrorosos pero no por ello me parecen menos los otros.
Aquí, por tratarse de una zona turística conviven muchas culturas. Esto está lleno de alemanes, de ingleses y también hay muchos hindúes también y bastantes chinos.
He de reconocer que la población alemana es también bastante invasiva a lo hora de querer imponer su mentalidad "ordenadora" pero en general convivimos bastante bien con todos ellos y sin duda las nuevas generaciones de todas las anteriores están plenamente integradas en la cultura isleña sin perder por ello una de las cosas que tu dices que me encanta: que hablan la mayoría 3 idiomas.
No sé, Mar. Cada persona y cada lugar tienen sus circunstancias. Las nuestras aquí son las que son.
Es la realidad :(