jueves, 31 de enero de 2013

Leer y sus consecuencias

La encantadora shurime me invitó a escribir sobre los libros que leí el año pasado y los que tengo intención de leer. No se si ella sabe que me cuesta una barbaridad participar en juegos en cadena (¿dije lo de ser antisocial?) pero como va de libros voy a hacerlo, a mi manera.

Lo que pasa es que no apunto lo que llevo leído. Aquí, en el blog, tengo la etiqueta de "leyendo" y podría consultarla, pero qué pereza. Así que yo recuerde, en este caótico y algo exasperante año, he leído dos veces Danza de dragones y los tres volúmenes de Los juegos del hambre. Algunos novelones históricos como los de Santiago Posteguillo sobre Escipión el Africano y uno muy chulo sobre la Sevilla del Siglo de oro que creo se llamaba La leyenda del ladrón. Y el último de Ken Follet sobre entreguerras y la II Guerra Mundial, puro bestseller. También leí Libertad, de Franzen y una de periodistas: Los imperfeccionistas. Cayeron unas cuantas novelas de Donna Leon, Pórtico de Frederik Pohl y descubrí a Dennis Lehane en Cualquier otro día. Y las dos preciosas novelas de Félix J.Palma.

Aún no he acabado El mundo sumergido (tan deprimente) porque estuve con Los juegos del hambre y por fin tuve entre mis manos El hobbit, que leí hace tanto y presté y perdí. Tengo intención de leerme las últimas de Javier Cercas y Lorenzo Silva, todo lo que pueda de Ursula K.LeGuin y algunas más distopías y de ciencia ficción, que ahora me ha dado por ahí. Como ven, casi nada sublime ni exquisito.

También leí la trilogía de las 50 sombras de Grey, si, más que nada por criticar con fundamento (¿cuántos que la critican se la han leído?) para aquel artículo de Cuadernos BDSM. Y pensaba que, como cualquier otro boom literario, la trilogía se olvidaría pronto, pero qué va. Ahora la culpan de varias desgracias (muertes, divorcios) como si la pobre literatura, la buena y la mala, fuera culpable del mal humano. Es una manera muy simplista de explicar sucesos penosos, ¿no? Ya Don Miguel de Cervantes nos lo advirtió pero no, leer es peligroso y por lo visto hasta con la mala literatura te puedes morir. Al menos eso dicen los titulares sensacionalistas y muchísimos entendidos que, por suerte para ellos, no leen casi nunca.

Yo, por mi parte, voy a ver si acabo con el bueno de Ballard y en el camino compruebo si me he vuelto un poco más loca que ayer.  

4 comentarios:

m dijo...

mari pepi estas hecha una hacha jajajajajaj besos cor

Anónimo dijo...

Contradecir tu naturaleza se te está haciendo costumbre. A regañadientes ya participaste en otro concurso , esa vez para no desairarme –lo cual aún agradezco-. Pero, eso sí, siempre blandiendo el estandarte de la antisociabilidad y no siguiendo las normas al pie de la letra. Será para compensar la flaqueza, o quizá algún resabio de la rebeldía adolescente –de la cual no estás tan lejos-

Notable tu voracidad literaria.

Besos & abrazos

Mar dijo...

Un hacha en sentido bueno o en sentido malo??

Muaccc

Mar dijo...

Porque soy una gruñona de buen corazón, James. Mi madre me lo dice.

He empezado Hyperion, el primer volumen de cuatro novelas de ciencia ficción. ESTOY FELIZ.

Besos!!!