Ayer fuimos al concierto de Navidad de cada año. Es un ritual que maravillosamente se repite y con el que me siento por fin navideña. Estos días atrás me daban un poco igual las fiestas. Ni en la comida del trabajo, ni en los paseos por el centro para ver las luces, ni comprando regalos con los villancicos machacones del centro comercial me sentía bien.
El concierto de Navidad, sin embargo, remueve mis emociones y me entra la llorera navideña que también me sale cuando los niños cantan un premio de la lotería por la tele. Me da un poco de vergüenza ser tan llorona, excepto cuando voy al concierto, en la iglesia de siempre, con los viejos villancicos de toda la vida.
Así que esta noche he dormido bastante bien y creo que no he tenido las habituales pesadillas del primer sueño. Esta mañana fui al Mercadona y me encontré a un viejo amigo que estuvo bastante pachucho hace meses y le di un abrazo con ganas. Hablamos de los niños y de lo bien que se pasan las Navidades en el campo y con chándal. Después, en casa, solté la compra y me puse a limpiar la puerta de la calle. Yo no soy una maniática de la limpieza, ni mucho menos, y llevaba una temporada sin darle un limpiado. En esas estaba cuando pasa por mi puerta Paco con su madre. Mi querido queridísimo Paco que me encuentro Navidad sí, Navidad no. Otro ritual de finales de diciembre.
La suerte fue que me lo encontré cuando acababa de llegar de la calle y aún no me había colocado las chanclas y la ropa cómoda de estar en casa. El sigue tan guapo y carismático como siempre, joder, con esa voz profunda que me gusta tanto. Me pilló tan navideña y tan feliz que le charlé de mil cosas y no le dejé casi ni hablar. Y sentí una gran satisfacción de disfrutar de ese encuentro casual sin necesidad de demostrar nada.
Todo son ventajas cuando ya no se desea.
2 comentarios:
Hola soy Rober,te entiendo en muchas sensaciones de las que hablas.Me encanta leerte aunque reconozco ser algo vago al comentar.Yo personalmente creo que las navidades dejaron de perder su esencia natural el dia en que la gente hacía durante el año lo que sólo se podia hacer antes en esas fechas.Ahora a los niños se le compran las cosas cualquier época del año,comemos cosas especiales cuando nos da la gana y ya nos importa menos que se vea que somos unos hijos de puta hasta en Navidad.Tal vez a mi no me guste mucho por rollos familiares que he pasado pero con los años y el crecer de los niños,el cada vez pasarlas sólo con quien tu quieres realmente han acabado gustandome un pelín y la verdad ,yo también soy muy llorón,demasiado sensible para hoy en dia y muuuuuuy ñoñas.Lo del deseo no crees que sólo es una época?No sé,a mi haces unos meses que me ha pasado,no pensaba nada en sexo,pero nada.
Bueno decirte que me encanta el blog ,te leo hace mucho he intentaré comentar algo mas.
Besos y Feliz Navidad desde Tarragona.
Hola Rober, gracias por comentar pero sobre todo gracias por leerme. Espero que como dices, lo del deseo sea sólo una época.
Feliz año y un abrazo.
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