Este frío me hace olvidar. Detesto el frío, la humedad y olvidar fechas del calendario, olvidar anotar fechas en el calendario. Pasar días de un calendario que no se mueve y olvidar aquello importante que ocurrió, ese día, puñetero día, por celebrarlo de algún modo. Y olvidarlo.
El frío aletarga y por eso lo detesto, me entumece los dedos y, ay, quizás también el corazón. Yo digo que no, afirmo que no, que jamás, pero es obvio que olvido y si olvido es que alguna neurona (la neurona que jalea al corazón) se me habrá entumecido.
Qué odioso pensamiento.
Pero la que avisa no es traidora y por eso escribo esta entrada, para que el día que la revise (yo reviso mis entradas, qué pasa) caiga en la cuenta de eso que olvidé. Puede que me anime, entonces igual que ayer mismo, a repasar viejas fotos, viejas frases, viejos recuerdos. Joder, viejísimos.
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