Yo no conozco a casi nadie de mi barrio, solo de cara. Saludo y doy mis buenos días a la panadera y a la quiosquera y a las vecinas de cada lado. pero no me intereso por hacer vida social de barrio ni mucho menos vida social con las madres del colegio. Hay un invento que es el grupo-de-madres-del-whatssap que me parece el HORROR SUPREMO. Yo no si me consideran una engreída o una antipática, o si me consideran algo. Pero me da igual. Es más, lo llevo muy a gala, ser una madre sin grupo-de-whatsapp-de-madres.
En la virtualidad social también soy una arisca de cojones. No me explico cómo hace años participaba de forma regular en diversos foros. Aquella civilidad mía, qué curiosa era y qué poco la añoro.
Yo hasta he tenido amigas blogueras y nos mandábamos besitos y cariños en los comentarios a nuestros respectivos blogs. Las muy cabronas eran tías estupendas (yo no me echo amigas así como así) pero desaparecieron, dejaron de publicar, es lo que tiene la virtualidad. No obstante ellas tienen su lugar en mi huraño corazoncito. Lugar virtual pero real. (Y si me siguen leyendo, ellas saben quiénes son).
Salí con la gente del trabajo a tomarme una cerveza. Ellos ya han quedado varias veces pero como yo soy una pánfila no me había enterado. De la cerveza del jueves sí me enteré y aunque llegué tarde (todos habían cenado ya) me recibieron con alegría. Yo misma me redescubrí simpatiquísima, porque -aunque ni yo misma me lo creo- cuando entro en vena social soy un delirio de arte y salero. Las noches así me acuesto superfeliz, porque en el fondo soy animal comunicativo y accesible. Cuando me esfuerzo un pelín.
Supongo que generalmente no me apetece esforzarme. Supongo que me da un poco igual. Supongo que es el miedo a ser idiota. Derrocho sociabilidad y tiendo a meter la pata, es una especie de borrachera y euforia a la que no termino de acostumbrarme: las resacas me pasan factura. Chorradas que dije, amigos que hice y glups, promesas, halagos, cosas de las que presumí... no se, un cúmulo de absurdeces.
No me hagan mucho caso, esta tarde fui supersociable y en ratos así tiendo a la exageración.
Y este blog tiene mucho de exagerado, no se si se habían dado cuenta.
8 comentarios:
ya tener un blog como sistema de comunicación en la era del facebook y el twitter es freak... así que bienvenida jaja...
y peor de todo es no tener ni siquiera esas dos cosas jaja....
salu2 (pero sin compromiso eh)...
No hay nada malo en ser insociable. En mi opinión, está mal forzarse en aparentar ser lo que no se es. Un gasto de energía inútil. Mal para el que finge, mal para el que recibe una imagen equivocada. Además, seamos realistas, ¿a quién le importa cómo es uno?. Respuesta: a nadie. Si te critican no es porque le importas, es sólo la necesidad humana -e inmoral- de criticar.
Si mañana mueres, las madres del wasap hablarán de ti pero es posible que ni sepan bien quien eres. Sé como eres, eso es suficiente.
Saludos
JLO, gracias, ya llevo varios años con este blog. Bienvenido pues. Y sin compromisos, pardiez.
Un saludo.
Carl, como ya digo, aquí en este blog todo tiende a exagerarse o a usarse con poca seriedad. Es marca de la casa.
Saludos.
Holaaaaa Mar,
cuando vuelvo a blogger (que no es a menudo pero no por pereza sino porque no tengo nada que decir) paso por aquí. Me gusta leerte, siempre me ha gustado desde que te conocí.
Y si, además de otras cosillas, compartimos ineptitud social (yo que no tengo hijos tampoco tengo el "honor" de pertenecer al grupo de wtspp del trabajo...que hay uno, que lo sepas :P). No me siento especialmente orgullosa de esa carencia que ya arrastro desde pequeña (que dramas se montaban en las reuniones familiares ¿dónde está esa dichosa niñaaaaaaaaaaaa que siempre desaparece de la mesa ? pero tampoco me importa ya demasiado. Cada uno es como es y "y'astá".
Me gusta esta entrada escrita el día de mi cumple.
Un besazoooooooooooooooooo
Sara
y también tienes un lugar en mi corazón,que lo sepas.
...y con mis vecinos tampoco me trato mucho pero soy una admiradora silenciosa de un yugoslavo que vive con una china y que cuando me levanto a las 7 de la mañana y me voy a desayunar a la terraza, al rato está ella jadeando con verdaderas ganas, y cuando voy por la tarde a ganchillar un ratito fuera, mayormente tengo la bso de la china de nuevo y cuando vuelvo por la noche y me tomo un té mientras disfruto del silencio...¿dije silencio? bueno, hasta la una más o menos que entonces empieza la china de nuevo y esta vez parece ópera por los gritos y la duración y...yo lamento muchísimo no ser más sociable para poder decirle al yugoslavo que...si eso...me ponga en lista de espera.
Holaaaaa, Sara, qué guay tenerte por aquí. Yo ya se que eres arisquilla como yo pero buena gente, también como yo. Cosa que igualmente me dio problemas en la niñez, sobre todo a la hora de socializar en el parque, pffff.
Tela con tus vecinos, qué ímpetus. Oye, será el clima de tu tierra, no?
Un besazo, nena y sigue apareciendo cuando te apetezca. .
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