sábado, 21 de septiembre de 2013

Hiperrealismo (2)



Era el cuadro de una mujer joven que se parecía a mi o yo me parecía a ella. Se apoyaba en la barra de un bar de la misma manera indolente y algo viciosa  que lo hacía yo. Que sigo haciendo. Llevaba una cazadora negra de cuero y botines. En el suelo del bar había un par de servilletas de papel hechas una bola y creo que un perrito peludo. Miraba lo que hubiera fuera del cuadro, al frente y al encontrármela fantaseé con que era mi reflejo.

Estaba en una exposición de un pintor hiperrealista que ni recuerdo. Sólo recuerdo aquel cuadro; menuda flipaera la mia. Y que fuimos en tropel el grupo de compañeros de Quinto. No no perdíamos ni una: exposiciones, estrenos de teatro, conferencias y congresos, éramos una panda de snobs. Creíamos ser la monda, listos y rebosantes de opiniones contundentes en una ciudad de provincias de tercera.

Yo en el cuadro, menuda farsante. Una mujer joven y retadora con toda la vida por delante, apoyada en la barra del bar y despreciando la inercia y las tradiciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nadie nace sabiendo y a esas edades el mundo no parece tan complejo y la vida es todavía indulgente para la mayoría.Con el tiempo nos vamos corriendo del centro del mundo.
Un beso grande

Maria dijo...

Y qué joven no es retador y desprecia, algunas,tradiciones porque quedaron absoletas!
El mundo se transforma y los jóvenes siguientes son los que se dan cuenta, no así, los que provocaron los cambios.
Bicos.

Mar dijo...

Rick, pues a mi el mundo me parecía más complejo antes que ahora. Pero mucho más.

Un beso grande.

Muy cierto, ohma, aunque se puede envejecer y seguir con talante retador. Un besazo.