martes, 26 de marzo de 2013

Memoria, pero selectiva

Este blog tiene tres etiquetas dedicadas a recordar. Escribir unas memorias suena muy pedante, pero en este blog hay partes donde lo hago descaradamente. Mis memorias selectivas, podría llamarlo.

Hace unos días, rebuscando en una vieja carpeta llena de papeles con poemas (horrendos y cursis), encontré un billete de autobús con la fecha -23 de septiembre de 1991- y recordé ese preciso día. No el viaje en autobús, ni lo que hice aquella mañana (un poco sí recuerdo: que me perdí por el centro de Jerez, que llegué al piso expectante, aún vacío, lleno de promesas). Recordé y seleccioné mis recuerdos y conseguí revivirlos.

Este blog a veces pretende ser un recipiente de recuerdos.  Me gusta convertir recuerdos en palabras y jugar con ellas. Transformar sensaciones y trozos de experiencia en palabras y, dado que no se crear ficción, tener material con el que escribir. Que me salga bien o no, tampoco es importante. El único objetivo es pasármelo bien escribiendo. Ya saben lo onanista que puedo llegar a ser.

Cierto, es memoria selectiva la que hago,  sólo recuerdo -y escribo sobre-  los buenos momentos. Me gusta recuperar todo aquello que fue bello y fue bueno. No siento melancolía, ni me hundo en mares de tristeza por no tener, por haber perdido lo que perdí. Que tampoco hay que tomárselo como pérdidas, la cuestión es relativizar y sacarle provecho al pasado.

Pero yo soy un animal de bellota y suelo tropezar varias veces en las mismas piedras. Sacarle provecho al pasado no supone obtener buenas lecciones, que va, a tan moralista no llego. Por eso, los malos recuerdos suelen caer en un rincón de trastos y no tienen su lugar en este espacio. Ya digo, yo sólo escribo de lo que me conviene.


7 comentarios:

DulceArcoiris dijo...

En cierto modo todos funcionamos con memoria selectiva y a veces hasta "fantasiosa" recordamos lo que queremos y como queremos...

Yo también voy escribiendo mis vivencias con el cristal quemas me apetece creo que con vivir una vez la cruda realidad vamos servidos ¿o no?

Buena entrada, un beso

Anónimo dijo...

De qué hablar, qué pensar, con qué ánimo encarar la vida, es casi involuntario. DulceArcoiris escribe, "recordamos lo que queremos y como queremos..."; no comparto esa percepción. Si verdaderamente pudieran elegirse los pensamientos, estaríamos en todo momento con una sonrisa de oreja a oreja. Sólo recuerdos gratos poblarían nuestras horas, sólo felicidad sería nuestra historia. Sí entiendo y comparto, que los acontecimientos de los que se habla y de los que se escribe, pueden ser seleccionados, elegidos, escogidos, recortados y hasta deformados por nuestra voluntad, pero lo que sucede de la boca para adentro, eso es otra cosa.
Besos, amable Mar

Anónimo dijo...

Al respecto Ernesto Sábato decía en "El Tunel".

"...Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de record
ar la gente, ni por qué. En realidad,
siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo
que quizá sea una forma de defensa de la
especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue me
jor" no indica que antes sucedieran menos
cosas malas, sino que —felizmente— la gente las ech
a en el olvido. Desde luego, semejante frase no
tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caract
erizo por recordar preferentemente los hechos
malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pa
sado fue peor", si no fuera porque el presente me
parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas
calamidades, tantos rostros cínicos y crueles,
tantas malas acciones, que la memoria es para mí co
mo la temerosa luz que alumbra un sórdido
museo de la vergüenza..."

Besos

DulceArcoiris dijo...

Rick te equivocas del todo, recordamos lo que queremos y como queremos. El alegre lo bueno y el que disfruta sintiéndose victima lo malo.

Cada uno recuerda en base a su personalidad, necesidad, sueños, precariedades como quiere y lo que quiere.

Se le puede sacar mil puntas al ello pero el fondo es el que hay del mismo modo que que dos mas dos son cuatro a pesar de numerosos desgastes filosoficos, apreciativos y de entendimiento.

Saludos

Anónimo dijo...

DulceArcoiris, vos misma lo estás diciendo:

"...El alegre lo bueno y el que disfruta sintiéndose victima lo malo.

Cada uno recuerda en base a su personalidad..."

La personalidad es la que predispone de antemano la orientación de los pensamientos, el alegre lo bueno, y el triste lo malo.

Salvo en el caso de los insanos, nadie en su sano juicio elije los pensamientos tristes, al contrario, todos luchamos para deshacernos de ellos.

Si pudiera recordarse "lo que queremos y como queremos", olvidaríamos las muertes, los momentos de dolor y desesperación, las pérdidas de todo tipo.

Seguramente hay ciertas cosas que se pueden hacer con los recuerdos trágicos, para eso están -en parte- los psiquiatras y los psicólogos, pero lamentablemente no es tan liviano como proponerse "pensar en otra cosa".

Eso sí, si vos podés manejarlos y vos sí podés recordar lo que querés y como querés, te ruego me indiques como.

Saludos

DulceArcoiris dijo...

Si lo que te hace ilusión es tener la ultima palabra... tuya es, si te hace ilusión que te de la razón... tuya es.

Pero sabes que ni tienes una cosa ni la otra.

Mar dijo...

Estar de acuerdo en cuestiones tan subjetivas como el recuerdo y la memoria creo yo que es tarea imposible.

Gracias a los dos por vuestras aportaciones.

besos!!!