viernes, 11 de enero de 2013

Nobel de Literatura y otras novelas en las que perderse

Yo, de chinorri, quería ganar el premio Nobel de Literatura. Yo es que siempre he sido muy ambiciosa. Mi padre, que conocía mis aspiraciones, me compró una colección de hermosos libros dorados con una selección de premiados. Fue en los primeros ochenta, así que no estaban ni García Márquez ni esa gente conocida. Intenté leérmelos todos y casi lo conseguí. No pude con Benavente. Hice la proeza de leerme una novela rarísima de pinguinos de Anatole France. Y otra empanada mental de Mauriac que ni recuerdo. Yo tenía un estómago a prueba, como ven.

Sin embargo descubrí a Steinbeck, especialmente una novela corta que raras veces que visto reseñada: El autobús perdido. Es magnífica. Y a un australiano, Patrick White, con una novela sobre Australia que me entusiasmó -aunque también salía gente pirada-. No leí, en aquella colección, a algunos grandes que más tarde pude descubrir, pero se me quedó el resquemor de que el Nobel no era para tanto. Les confieso que no soporto a García Márquez (excepto en Cien años ... y en El amor en los tiempos del cólera). Que a Gunter Grass lo dejé por imposible y que tengo a La pianista de Jelinek por la mitad, por deprimente. Yo ya no tengo estómago a prueba.

Ya no sueño con ganar ningún premio. Ni leo aquellos libros que se supone son obras-que-hay-que-leer. Ahora leo a ratos a Ballard y he vuelto con Los juegos del hambre en papel. Tengo El hobbit en espera -volver a leerlo será un placer exquisito-  y a Ursula K. LeGuin. Orgasmos lectores llaman a mi puerta.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro premio quieres? vamos a ver, pero si nos tienes a nosotros que bebemos los vientos por ti cada vez que posteas......

Yo hace tiempo que me dedico a leer a una escritora andaluza es simpatica, dicharachera, elocuente, un poco loquita, algunas veces quisquillosa, pero a mi me encanta, no se si la conoces, probablemente si, se llama María y yo la quiero muho, me hace reir, llorar, soñar, en cada relato suyo y a mi me sobra con poder hacerlo cada día.

Besos cor.

Odri Overthetop dijo...

Me gustaron mucho los Juegos del hambre y soy una enamorada de Ursula K LeGuin...Los otros ... paso ...aunque La perla de Steinbeck me encantó

Un beso Mar

marita correa dijo...

Mi padre también tenía una colección sobre los Nobel de literatura como los que describes, y te admiro, porque yo no fui capaz de leerme ninguno, me sigue pasando, sobre todo con escritores de los más famosos, me suelen cansar y me aburren, se que para algunos sonará a pedazo de barbaridad, pero que le vamos hacer... Eso sí los clásicos son los clásicos y nadie como ellos para hacerme disfrutar de la lectura.

Mar dijo...

Uy no se si la conozco, que mona parece!!!

(Niña, niña, eres mala)

Mar dijo...

Olvide que también tengo en espera una de romanos. Y otra de Lorenzo Silva pedida a Circulo. Que ansia!!!

Muchos besos, Sara.

Mar dijo...

A mi no me suena a barbaridad, hay algunos considerados grandes que son pesadísimos.

Clásicos siempre. Yo soy fan de Galdos, Dickens, Zola, Balzac, los realistas, esos si que eran sencillos y GRANDES.