jueves, 20 de diciembre de 2012

Mistery men

Una de las cosas que más detesto cuando ando en sociedad es apegotonarme con las mujeres.

No hay cosa más odiosa para mi que eso de sentarme en corrillo con otras mujeres, apartada de los hombres. No es una cosa sexual -que un poco también-. Es que prefiero la conversación y el devenir masculino. Echar una ojeada a sus misterios. La testosterona que flota cuando más de cuatro tíos se sientan juntos a charlar. Lo absurdo a menudo de sus diatribas, hablen de informática o de fútbol. O de trabajo. La competividad alfa entre unos y otros. Sus movimientos, sus posturas. Los bucles en los que entran -ellos se creen que somos las mujeres las que entramos en bucle, pero no, ellos también y son más divertidos-. Sus quejas, sus lamentos a veces tan básicos y enternecedores.

Me encanta observarlos. Ayer, mientras esperaba turno en el centro de salud, no le quitaba ojo a dos cuarentones. Uno era médico de bata blanca y el otro tenía toda la pinta de visitador. Ambos con acento del norte, lo cual me resulta cautivador. Gesticulaban como gesticulan los hombres cuando bromean, esas bromas que sólo los tíos entienden y no se muy bien cómo describir. Pero TODOS los hombres hacen esos gestos cuando están juntos y de broma, una cosa absurda y muy masculina. Me encanta observarlos un poco a la manera entomóloga: me gustaría apoderarme de sus secretos.  

Las mujeres no tenemos misterio. Ellos son el misterio.


8 comentarios:

Odri Overthetop dijo...

Me he leído tu entrada con calma. Fíjate que al contrario que tu, yo siempre he sido de mujeres. A mi me encantan las mujeres.Si, tienes razón , a lo mejor no tenemos mucho misterio (yo desde luego, ninguno...)pero para mi tienen algún tipo de melodía que me atrae como el canto de las sirenas (mujer, algunas hay que me caen gordísimas y ni amenazada me acercaría a su área de influencia).
Pero, a lo que iba...que me voy por las ramas siempre...Después de leer la entrada, me he puesto en tus zapatos por unos momentos y casi los he visto como tu...dignos de estudio. Creo que alguna vez me voy a acercar a ellos...eso si con un palito como precaución que son raros...muy raros...

Besitosssssss Mar
(discúlpame ante tus seguidores masculinos...son conductas aprendidas desde hace muchos años ;) )

Anónimo dijo...

Sin sorpresa voy notando que la corporación feminista va recalado lentamente.

No voy a poner en duda tu calificación porque entiendo que los hombres no sabemos demasiado de hombres, de la misma forma que los ministros de economía no saben de economía, así es esta vida.

A las damas se las califica también de misteriosas, pero eso no es correcto, el calificativo que más le cuadra es "inentendibles".

No sé el resto, pero yo no disculpo a la Sra. Sara.

Un beso grande

Maria dijo...

Pues yo en este tema soy un poco como tú, siempre soy más amiga de unirme a la conversación masculina, aunque los corrillos que se forman por sexo no me gustan nada. Pero son muy comunes.
Veo misterio por ambos lados,jeje,anda que ni somos retorcidas las mujeres!
Besos.

Mar dijo...

Bah, son raros pero no muerden. Hoy en el trabajo estaban como locos, agobiadísimos por la mierda de nómina de este mes. No se, se agobian de una manera muy curiosa...

Besitos.

(Los seguidores masculinos ya deberían saber a qué atenerse en este blog, dicho con todos mis respetos.)

Mar dijo...

Uyuy, James, el que se pica, ajos come!!!

Lo de "inentendibles" lo entiendo.

Un besazo enorme.

Mar dijo...

Esos corrillos unisex son de lo más odioso. Yo siempre los rehuyo!!!

Un beso, ohma, ya te sigo en la nueva dirección.

amigospanko dijo...

Muy divertido y simpático artículo, aunque hay un cierto tono de condescendencia hacia nuestro sexo que tal vez merecería unos azotes

Mar dijo...

Cierto, Fer, la condescendencia me sale hasta por las orejas; reconozco que queda feo, habrá que ponerle remedio.