domingo, 11 de agosto de 2019

Mi identidad

Cada cierto tiempo tengo un conflicto con mi identidad; no le llamaremos crisis porque no me gusta el drama. Hay memes que hacen risa con la imagen que proyectamos a los demás, la que pensamos que somos y la que nos gustaría ser. Así ando yo, carne de meme con la identidad en tránsito.

No he calculado cada cuánto ocurren, mis conflictos con la identidad,  pero tengo la impresión de que no se percata nadie. Esa imagen con la que me ven los demás creo yo que permanece inalterada. Está claro que yo no voy contando estas paranoias a cualquiera.

Me encantaba ese piropo que me han dicho en ocasiones: tía, eres auténtica. Pero qué cachondo que me lo dijeran ahora mismo. ¿Auténtica en qué sentido? ¿La auténtica de hace diez años? ¿La de los 90? Menudo timo de piropo. O menudo timo la presunta autenticidad mía de hace diez años. Folladora desprejuiciada, libertina y masoquista. Tenía tantos adjetivos y tenía tantas frases a componer. Tan fácil escribir y con tan escasos escrúpulos.

Ahora sigo sin escrúpulos, qué coño, pero no me viene bien este estar acartonada, lacia, sin sangre y sin deseo. No fui a terapia ni hice indagaciones sobre mi astenia sexual, astenia absoluta. Pero no me autocompadezco, lo cual está de puta madre. Ahí sí que sigo siendo auténtica.


1 comentario:

El Faro dijo...

Yo estoy jubilado y cada día trato de encontrar un nuevo motivo para enamorarme de mi existencia, de la misma manera que abres los ojos cada mañana y encuentras tu pareja (cuando la tienes) al otro lado de la cama y le dices que hoy también la quieres.
Estar "acartonada, lacia, sin sangre y sin deseo" es una opción, trabajar para no estarlo también lo es... pero es más divertida. Como todo, los deseos, sean del tipo que sean, se han de alentar, cuidar y hasta mimar, si no mueren.