E. va al mercadona y no se percata de los daños colaterales.
E. prepara hígado para almorzar. Nada de filete de pollo. Vuelta y
vuelta de hígado a la plancha. Yo, con cosas así, siento temblar las
piernas.
E. me cuenta que ha comprado bananas.
Banana la que tú tienes, le contesto.
Yo puedo ser muy vulgar. Muy zorra y muy vulgar, pero ya digo que son daños colaterales.
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