jueves, 8 de enero de 2009

Posición de azotar

E. me pide que le muestre mis deseos, mi lado oscuro. Me estrujo neuronas bien estrujadas y veo poquito lado oscuro. Soy más bien del tipo candoroso, no ñoño, pero si inocentón y más bien con tendencia a la simplicidad. Me busco oscuridades y me encuentro las pocas que ya le he contado y las que Él me ha contado que ya hice mías. Soy copiona hasta decir basta, copiona, fervientemente empática, camaleónica, adaptable al medio.

Me gustaría que E. me azotara. Que me hiciera adoptar la posición goreana de arriba. Que utilizara el instrumental que tuviera a bien. Escucharle resollar y sentirle sudar. Abandonarme al dolor y a su brazo fuerte. Sudar yo también. No se si gemir, o gritar o apretar los dientes: mi corazón y mi vientre decidirán en ese momento. Someterme a Él, sin sexo, sin ideas preconcebidas, sin fantasías. Sólo someterme y sentir físicamente que es más fuerte y terrible que yo.

No es un deseo oscuro. Es brillante y liberador.

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